María Teresa Domínguez lleva 15 años regentando la floristería Scaparate en Tomiño y desde hace un mes está llevando a cabo una campaña de movilización empapelando su negocio por la competencia desleal que, según ella, existe en el sector.
“Puse todo mi empeño y esfuerzo en montar esta floristería. Pagué un dineral en quitarme los cursos correspondientes y ahora me encuentro con gente que no necesita ni cursos, ni permisos, ni licencias, ni nada para montar un negocio, como están ilegales” afirma Teresa.
“Esta gente”, matiza, “no paga autónomos ni alquiler porque trabajan desde casa, por lo que ponen el precio de las flores más económicas que las tengo yo y venden más. Necesito un empleado pero con esta lacra no puedo contratarlo”.
Domínguez no entiende como hay viveros, invernaderos y almacenes de flores que le venden la mercancía sin IVA a las presuntas infractoras “con lo que están fomentando este tipo de mercado” declara.
La dueña de Scaparate afirma que hay cinco personas en O Baixo Miño que están trabajando ilegalmente y que hay más floristerías en su misma situación. “Hace cuatro años mis compañeros pusieron denuncias contra las presuntas infractoras pero quedaron en el olvido”.
Con dos hijos que mantener y con mucha ilusión, Teresa no piensa en cerrar su negocio por culpa de esta gente. “No entiendo como pueden trabajar directamente para funerarias y facturar a nombre de otro persona” explica asombrada esta vecina de Tomiño.
Teresa solicita a las autoridades competentes que tomen medidas en el asunto para, según ella, erradicar la competencia desleal que hay en el sector de la flor en O Baixo Miño.