Comenzó cuando apenas tenía 13 años y ahora con 66 se jubila dejando tras de sí una larga trayectoria en la restauración reconocida por la Guía Campsa o la Guía Michelin. Paco Durán cierra el restaurante con las mejores vistas de Baiona y una carta muy cuidada y de exquisita calidad que degustaron miles de personas a lo largo de los 16 años que estuvo abierto al público en San Antón.

Este vecino de Baredo que el pasado diciembre colgó el delantal, cogía por primera vez la bandeja de camarero en la cafetería Oasis de Baiona durante las vacaciones de verano, Semana Santa y Navidad. Durante dos años se armó de valor y ganas para aprender un oficio que por entonces los jóvenes de su edad lo miraban con buenos ojos.

Ya a los 15 dejó de estudiar y comenzó a trabajar en la cafetería Monterrey de Baiona, donde estuvo unos dos años. «Luego hice las maletas y me fui con un compañero a trabajar a Canarias, hasta que a los 18 tuve que ir a la Mili. Allí era de camarero de oficiales y como estaba rebajado de guardias, aprovechaba los fines de semana para trabajar en la cafetería Angelito Junior en Playa América. Éramos jóvenes y trabajábamos 18 horas diarias, de sol a sol, pero el cuerpo aguantaba», recuerda entre risas el veterano hostelero.

Tras el servicio militar obligatorio, y con 21 años, tenía cierta indecisión por encarrilar su vida laboral. Estaba en dudas entre la hostelería y la carpintería, afortunadamente para nosotros, escogió la hostelería. «Un buen día apareció un italiano que era el dueño de la Góndola de Vigo y me ofreció un trabajo. La cosa cambió tanto que estuve tres años detrás de la barra y aprendí muchísimo«, afirma Paco Durán.

A principios de los años 80 se extendió el rumor que se iba a construir la autopista Vigo-Baiona. Tanto a él como a su hermano Cástor se les encendió la bombilla y en una finca familiar en Baredo construirían el restaurante Os da Ponte. «Abrimos el local en 1982 coincidiendo con el Mundial de España. Por allí pasó mucha gente. Fueron momentos inolvidables donde aprendí muchísimo. Ya en 2007, y tras 25 años, decidí montar un restaurante yo sólo y abrí Paco Durán en San Antón (Baíña)«, explica.

Un restaurante con unas espectaculares vistas sobre las Islas Cíes, Baiona o la Ría de Vigo y donde se especializaron en pescados de la ría a la brasa, como el rodaballo, el sargo, la lubina y el rape, además de sus famosos arroces de mariscos o sus postres caseros, que deleitaron los paladares más exigentes y que les valió el reconocimiento de la Guía Michelin.

«Todo lo bueno se acaba y llegó el momento de decir basta, fundamentalmente por dos cosas. La primera por la falta de encontrar personal medianamente preparado para trabajar en hostelería, y la segunda, por mis problemas de rodilla, eso fue lo que motivó mi jubilación», indica el hostelero.

A pesar de que no se arrepiente de haber montado el restaurante, ahora mismo no le recomienda a nadie que se embarque en la hostelería. «Realmente estoy súper contento por mi trabajo de toda una vida. Me crie entre fogones, pero no hay continuidad, mis hijos se dedican a otra cosa. Tuve una clientela fiel a la cual le tengo que dar las gracias por todos estos años de confianza. Muchos de ellos ya no los considerabas clientes, sino amigos«, afirma con tristeza.

Ahora ya jubilado, Paco Durán se dedicará a estar más con la familia, con su perro «Allo» y a pasar el tiempo en uno de sus hobbies favoritos, «a cuidar de los frutales que tengo en una finca«, finaliza.