El municipio de Caminha aprobó por unanimidad una moción en la que insta al Gobierno portugués a impulsar urgentemente el dragado del Río Miño, pidiendo además que establezca contactos diplomáticos para resolver este problema, también a corto y medio plazo, con el Gobierno español.

«La sedimentación del río Miño es un problema que afecta a las autoridades locales y a la población, especialmente a la comunidad pesquera, y supone también un importante obstáculo para la navegación en ferry«, señalan desde el municipio camiñense.

En reunión ordinaria y antes del orden del día, el Alcalde, Rui Lages, presentó una moción al Ejecutivo, invitando a todos los cargos electos a sumarse a este nuevo esfuerzo, «dado que el río Miño, al ser un río internacional, depende para su dragado de la voluntad y acción de los gobiernos de Portugal y España«, advierte.

En la moción, Rui Lages recuerda que la pesca es uno de los principales motores económicos del Municipio de Caminha, junto con el turismo y los servicios: «El arte y la tradición de la pesca tienen siglos de antigüedad en el municipio de Caminha y, en particular, en la ciudad de Caminha. El alto nivel de sedimentación del río Miño ha puesto en crisis la pesca, los deportes náuticos y el turismo marítimo y, desde hace algunos años, también ha condicionado la conexión fluvial entre Caminha y A Guarda».

La moción destaca que el río Miño es un río internacional, con características muy específicas, y con jurisdicción compartida entre los Estados portugués y español, y «con la desembocadura del río cada vez más colmatada, la falta de caudal y fuerza del río hace que cada vez se depositen más materiales inertes en este hermoso estuario del Miño», comenta Lages.

«En esta situación, la pesca se vuelve casi imposible, un verdadero desafío, ya que la seguridad de nuestros pescadores está en riesgo y, en ocasiones, hay mareas que impiden la faena. Como se puede observar, los bancos de arena son inmensos y extensos, creando incluso pequeñas islas y playas», afirma el regidor camiñense. Además del sector pesquero, las empresas de turismo marítimo también tienen dificultades para operar, dejando sus embarcaciones varadas en la arena. «La sedimentación también ha afectado gravemente a la capacidad operativa de los recursos de la Autoridad Marítima Nacional, según el documento», apunta.

Rui Lages también advierte sobre seguridad y defensa. «Es inconcebible que, en un contexto internacional, donde la defensa del país es un pilar fundamental de la soberanía del Estado, los recursos de la Autoridad Marítima Nacional y de la Armada Portuguesa sean inoperantes en este lugar. Nos preocupa que el río Miño se convierta en un río muerto, sin actividad, sin vida, con pérdidas para la fauna y la flora, además de pérdidas económicas para el municipio, la región y el país».

Finalmente, el texto afirma que, “en un momento en que las relaciones transfronterizas son tan publicitadas, es deber del Gobierno de la República fomentar estas mismas relaciones y, para el municipio de Caminha, disponer de un cauce fluvial que pueda ser adecuado es fundamental, pero no menos importante es garantizar que nuestro río pueda ser navegable con seguridad, para el ejercicio de diversas actividades económicas, específicamente la pesca”.

En estos términos, y por voluntad unánime del Ejecutivo y de Caminha, «se decidió instar al Gobierno de Portugal a que impulse urgentemente el dragado del río Miño y solicitarle que establezca contactos diplomáticos para resolver este problema, también a corto y medio plazo, con el Gobierno de España».

Según Rui Lages, esta moción se ha notificado al Primer Ministro; Ministro de Agricultura y Pesca; partidos políticos con representación en la Asamblea de la República; Asamblea Municipal de Caminha y Asociación de Pescadores de Caminha.