ALFREDO

Tras dos años de parón por la pandemia, la romería de Santa Trega volvió a reunir este viernes a cientos de fieles llegados de toda la comarca de O Baixo Miño, que un año más quisieron venerar a la popular Santa.

La capilla situada a 340 metros de altura, se quedó pequeña para albergar a las decenas de personas que se acercaron hasta la cima del monte más visitado de Galicia para asistir a la Misa solemne que se celebró a las 11:30 horas.

Tras la ceremonia, los devotos portaron a Santa Trega en procesión escoltada por cientos de romeros y de los sacerdotes. A continuación, se celebraron las tradicionales pujas con frutos del campo, como cebollas, ajos o pimientos, tartas, mariscos, botellas de vino, atún en conserva, un azulejo con la imagen de Santa Trega o el sorteo de una monumental tarta con regalo sorpresa, cuyo número premiado fue el 9642.

«Todos los productos que se pujan son donados por los feligreses. Este año se subastaron 54 artículos. El más destacado fue una bandeja de mariscos que llegó a los 185 €. Antiguamente donaban gallos, pescado y hasta conejos, pero poco a poco la cosa va a menos. El dinero recaudado va destinado a la parroquia», señala Tino Lomba, uno de las cinco personas que colabora en la realización de las ancestrales pujas.

La centenaria Hermandad de Clamor era la que antiguamente celebraba la subasta. «Está conformada por siete parroquias, A Guarda, Camposancos, Salcidados, San Miguel de Tabagón, San Juan de Tabagón, Santa Mariña do Rosal y Burgueira en Oia«, apunta Lomba.

Tras las subastas, y como manda la tradición, decenas de familias celebraron una comida campestre, en el día en el que A Guarda honra a su patrona Santa Trega.

ALFREDO