El alcalde de O Porriño, Alejandro Lorenzo, supervisó hoy el inicio de las obras de humanización y acondicionamiento de las calles Buenos Aires y Progreso, acompañado por el concejal de Vías y Obras, Ramón Porto, técnicos del departamento autonómico de Infraestructuras y de la empresa adjudicataria.

Los trabajos, que contemplan la reforma integral de la PO-329 a su paso por el casco urbano transformándola en una calle en la que los coches ceden protagonismo a los peatones, dieron comienzo hoy y tienen un plazo máximo de ejecución de 5 meses.

“Con esta actuación daremos vida a unha zona do centro urbano que precisa dinamizarse e acondicionaremos un dos principais accesos á vila, reforzando a seguridade peonil, mellorando a accesibilidade e a estética e favorecendo a integración urbana, ademais de retirar o paso de vehículos pesados da zona”, explicó el alcalde, Alejandro Lorenzo.

Los trabajos comprenden la intervención en un tramo de casi 700 metros de esta vía, en la que se reforzará la seguridad a pie de los vecinos, además de mejorar la accesibilidad y también el aspecto estético de este tramo de la vía, favoreciendo su mejor integración urbana. En concreto, los trabajos consistirán en la ejecución de aceras más anchas, para lo cual se reducirá un poco la anchura de los carriles de circulación en la reordenación de las zonas de aparcamiento en todo el tramo de actuación, en la renovación de los pavimentos, tanto de las aceras como de los aparcamientos; y en la rehabilitación de la calzada.

Se completará la actuación con la dotación de mobiliario urbano: se dispondrán bancos, papeleras, jardineras y árboles; además de mejorar la iluminación con 22 nuevos puntos de luz y con 12 refuerzos luminosos en los pasos peatonales, para garantizar una mayor seguridad.

Los trabajos proyectados por el departamento de Infraestruturas de la Xunta se dividirán en cinco tramos, en función de las necesidades de actuación detectadas en cada uno de ellos. En el primer tramo, entre las dos intersecciones con la calle de los Muíños, que llega al inicio del cierre, protege las vías del tren, se aumentará el ancho de la acera, reduciéndose los carriles y dejando las plazas de aparcamiento en el margen derecho. En el segundo tramo, desde el comienzo del cierre de Adif hasta el paso a nivel, se reordenará la sección actual de la calzada para aumentar el ancho de las aceras, manteniéndose también aquí los aparcamientos en el margen derecho.

El tramo tres va desde el paso a nivel hasta el cruce con la calle Ponte do Valo, donde se proyecta en una plataforma compartida a nivel, de sentido único de circulación desde el mismo paso a nivel hasta la calle Avelino Villasuso.

En el cuarto tramo, que corre cruzando el río Louro y pasa bajo la autovía A-55, se mejorará la seguridad peatonal, colocando pasos elevados y adaptándose a la normativa de accesibilidad. Y en el quinto tramo, que acaba en la glorieta de la PO-331, se reordenará la calzada para ganar espacio para los peatones.