Un pesquero portugués capturó esta semana en la costa entre Oporto y A Guarda un espectacular ejemplar de langosta roja de cuatro kilos, que fue adquirida por un restaurante de Viladesuso a un vivero de mariscos de Oia.
“No duró ni un día”, nos comenta Quique Carneiro, copropietario de Porto dos Barcos. El enorme crustáceo fue cocinado frito y en tacos y degustado este viernes por nueve comensales “que no dejaron ni las migajas”, por lo que intuimos que debía de estar muy buena.