La XXII edición del Festival de Cans, por la que pasaron cerca de 13.000 personas, dejó cifras récord en lo relativo a su impacto social y económico. El festival volvió a aumentar el número de altas laborales y a generar una ocupación hotelera del 100% que obligó a público y organización a buscar habitaciones en varios municipios limítrofes.

A nivel de contratación, se produjeron un total de 158 altas laborales vinculadas al festival, frente a las 155 registradas el pasado año. De estas contrataciones, 78 fueron de manera directa, relacionadas con las áreas de producción, merchandising, transporte y coordinación de convidados o trabajo en barras.

Además, hubo otros 20 puestos dedicados a servicios de profesionales autónomos especializados, como comunicación, diseño gráfico, redes sociales, fotografía, vídeo o programación de contenidos, así como otros 60 de contrataciones relacionadas con empresas que prestaron servicios para el bueno funcionamiento del evento. Entre estos servicios están recogida de basura selectivo, seguridad y control de accesos en los caminos de la aldea o montaje de instalaciones de soido, iluminación y salas de proyección a lo largo de los cinco días del festival.

La mayoría de las personas contratadas son residentes en el Concello do Porriño, y 18 de ellas viven en la propia aldea de Cans, siendo cuatro de ellos jóvenes a los que el festival le dio la oportunidad de firmar por vez primera un contrato de trabajo. A ellos se sumaron trabajadores llegados de localidades de la zona, como Mos, Ponteareas, A Cañiza, Vigo o Salceda de Caselas.

Récord de alojamientos, ocupación hotelero y del plan de movilidad en bus

El buen tiempo durante la semana del certamen, hizo que aumentaran los registros hoteleros de la zona los días del festival, llegando al 100% de ocupación, con hostales y hoteles de O Porriño registrando llenos, así como establecimientos de ayuntamientos limítrofes como Tui, Vigo o Ponteareas. En estos hoteles se alojaron personas que asistieron al festival, procedentes de Madrid, Barcelona, Pamplona, Huesca, León, Asturias o localidades del norte de Portugal.

Esta edición de 2025 supuso un récord de alojamientos contratados por la propia organización, para trabajadores y convidados a lo largo de los cinco días, que se aproximaron a las 200. En concreto, fueron 193 habitaciones las que contrató solo el propio festival, con el consiguiente impacto en los servicios de comida y restauración. En total, el certamen contrató 860 servicios de comida en hasta ocho restaurantes distintos, todos ellos entre la aldea de Cans y el centro de O Porriño.

La organización también muestra su gran satisfacción por el funcionamiento del plan de movilidad colectiva, que busca eliminar la presencia de coches en la aldea y reducir el impacto ambiental. Los autobuses lanzadera del festival realizaron 4.300 viajes en los dos días centrales del certamen, aumentando en casi  1.000 personas la cifra de la pasada edición. En esta línea de acción está también la reducción de los viajes de convidados a través de avión, fomentando el transporte en tren, que en esta edición alcanzó una cifra de un 90% del total de los viajes contratados.

La organización también buscó cuidar al máximo la aldea, contratando servicio de limpieza específico privado, servicio de seguridad propio y hasta veinte váteres portátiles distribuidos en varios puntos de Cans, tres de ellos destinados a personas con movilidad reducida.

Finalmente, la organización quiere destacar la ausencia total de incidentes y el comportamiento ejemplar de los miles de personas que pasaron por la aldea en los cinco días de festival.