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El Mecalia Atlético Guardés vuelve a demostrar que sabe sufrir. Las de Ana Seabra sumaron este sábado su duodécima victoria de la temporada ante Beti-Onak, después de un igualadísimo encuentro en A Sangriña que se resolvió por la mínima en el último minuto. El rival navarro sacó todo su arsenal desde el inicio del partido, si bien el Guardés supo igualarlo durante toda la primera parte y regresó del descanso muy confiado, firmando una segunda mitad en la que ya sí se le veía dominar por momentos y con capacidad para mostrarse superior. Y lo logró, pero nada más crear un colchón de goles significativo, las pérdidas de balón y otros errores ofensivos permitieron a las visitantes recuperarse y ofrecer un último parcial que puso al Mecalia en muchos apuros hasta el pitido final.

Destacaron especialmente Elena Amores, Carme Castro y Cecilia Cacheda en el juego en ataque, así como Míriam Sempere en la portería, todas ellas vitales para la victoria. Con este nuevo triunfo, el Guardés se corona campeón de invierno al cerrar la primera vuelta de la temporada como líder de la clasificación, con 12 de 13 victorias posibles a sus espaldas.

Elena Amores fue la autora del primer gol del encuentro, que llegó al borde del primer minuto. El Guardés se mostró muy ágil en aquellos minutos iniciales, ofreciendo una defensa muy férrea y un ataque coordinado que consiguió penetrar en las líneas navarras y crear algo de distancia en el marcador. El primer parcial se cerró con un 3-1, si bien rápidamente las visitantes supieron igualar la intensidad de las de A Guarda y no sólo empataron la contienda sino que consiguieron ponerse por delante, con un acierto de Laida Urbitarte desde los siete metros en el minuto 7, y llegando a firmar un segundo parcial de 0-4 a su favor que dejaba muy claras sus intenciones de pelear cada gol (3-5, min. 10).

Ante esto, Ana Seabra llamó al tiempo muerto. La reacción del Mecalia llegó a tiempo, y con dos nuevos goles de Cristina Cifuentes primero y María Sancha después, las locales volvieron a empatar el encuentro (5-5, min. 14). Durante aquellos minutos, sin embargo, al Guardés todavía le faltaba algo de determinación en el ataque, que dejaba demasiado espacio para que un rival muy atento pudiera adivinar sus intenciones y frenar varias jugadas.

La dinámica se mantuvo, con ambos equipos encontrando dificultades para afinar el ataque y acertar en el tiro. Los goles llegaban a cuentagotas y se llegó a los últimos diez minutos de la primera parte con un nuevo empate en el luminoso (7-7, min. 20). De momento, ninguno de los dos contendientes estaba destacando, si bien las locales venían demostrando algunos errores de concentración o excesos de riesgo poco habituales.

Incluso a pesar de varios intentos brillantes de las anfitrionas por hacerse con el ritmo del partido, como una impresionante jugada a cargo de Carme Castro, que encajó un cañonazo en la red rival nada más salir a la pista, el Guardés no era capaz de mostrarse superior. Los últimos minutos de esta primera mitad siguieron la misma dinámica, si bien con la crispación en aumento: el público de O Inferno protestaba ahora cada decisión arbitral, considerando que los colegiados no habían señalado varias acciones a favor de las de A Sangriña.

Las de Ana Seabra aguantaron las exigencias navarras y sufrieron más en los momentos previos al descanso. Con un último acierto desde los siete metros, el Beti-Onak llegaba al intermedio con dos goles de ventaja (9-11, min. 30).

Carme Castro repitió la jugada e inauguró el marcador a un minuto de la reanudación, y junto con otro acierto de María Palomo, el Guardés había empatado de nuevo el partido (11-11, min. 33). El Mecalia parecía haber vuelto de los vestuarios con otra mentalidad y era mucho más fiero en el ataque, consiguiendo ahora marcar el ritmo en el luminoso, si bien Beti-Onak también conseguía por su parte igualar cada tanto local. El encuentro seguía muy parejo y para el minuto 38 se mantenían las tablas (14-14).

Pero los siguientes minutos fueron cruciales para el éxito guardés. En ese momento, un acierto desde los siete metros de Pali Fernández puso el marcador a favor de las suyas, y seguida por un nuevo cañonazo de una Carme Castro que este sábado tenía el mejor de los días, la remontada anfitriona estaba servida. Dos impresionantes goles consecutivos a cargo de Elena Amores fueron el colofón del parcial y el Mecalia logró así hacerse con la máxima distancia de todo el encuentro hasta entonces (18-14, min. 44).

La tensión podía cortarse con un cuchillo en A Sangriña. Ambos equipos ofrecieron un espectáculo de juego, con un ataque rapidísimo y los nervios llevando a errores por ambas partes que, también por ambas partes, nadie perdonaba. El Guardés ya había conseguido su clásico colchón de ventaja y ganó algo de confianza, aunque Beti-Onak no tenía freno y amenazaba con deshacer sus esfuerzos (19-17, min. 50).

No obstante, una Míriam Sempere tan implacable como siempre en la portería fue vital para parar las pretensiones rivales, y el Guardés no hizo más que mantener estoicamente su favor. Ania Ramos primero y Cecilia Cacheda después encadenaron dos nuevos tantos muy importantes que repetían la diferencia de +4 cuando faltaban menos de diez minutos para terminar (21-17, min. 22).

El ritmo frenético se vio pausado durante unos momentos cuando la central navarra Macarena Sans recibió un golpe en la garganta que la apartó del juego. A partir de entonces Beti-Onak apretó y puso en verdaderos apuros a las de Ana Seabra en los últimos minutos de juego. El Guardés venía pecando de muchas pérdidas de balones y demasiados riesgos en el ataque, errores que las visitantes sabían aprovechar en cada ocasión y les permitían pisarle los talones en el marcador. Los momentos finales fueron de infarto, con un acierto de Nerea Canas cuando restaba poco más de un minuto para terminar que dejaba al Mecalia con tan sólo un gol de ventaja, sin ningún tipo de margen para el error.

Fue entonces cuando la entrenadora de A Sangriña llamó de nuevo al tiempo muerto y consiguió mantener la concentración de las suyas en esos segundos vitales. El Guardés cerró filas y dejó a Beti-Onak a las puertas de puntuar, coronando una final de vértigo en el pabellón de O Inferno con su duodécima victoria de la temporada, quizá una de las más sufridas (22-21, final).

Con este resultado, el Mecalia Atlético Guardés finaliza así una primera parte que habría protagonizado sus mejores sueños antes de comenzar la temporada: líder y campeón de invierno, sumando 12 victorias de un total de 13 partidos a pesar de las múltiples piedras en su camino que supusieron las lesiones y ausencias entre sus filas. Una hazaña que, lejos de cualquier otra impresión, deja a las de Ana Seabra con ganas de mucho más.

Crónica: Elena García