El Mecalia Atlético Guardés cae por segunda vez este año, aunque de manera poco dolorosa. Las de Ana Seabra volvieron a vivir un final de infarto en la pista del Conservas Orbe Zendal BM Porriño este domingo, perdiendo por la mínima un derbi gallego que las locales dominaron prácticamente todo el encuentro.

El partido llegó al descanso con una renta de hasta seis goles para el equipo porriñés, que las de A Guarda supieron remontar de manera impresionante durante toda la segunda mitad hasta quedarse a las puertas de llevarse un único punto a casa. El Mecalia estuvo a punto de remontar los dos goles que necesitaba para empatar en el minuto final del encuentro, y de hecho lo consiguió, pero el tanto del empate llegó apenas segundos fuera de tiempo. Con este resultado las líderes firman su segunda derrota de la temporada, aunque con la seguridad de saberse con la liga regular en el bolsillo y, más importante, con la fuerza como para remontar incluso con todo en contra.

La encargada de abrir el marcador fue Maider Barros, anotando el primero para el Porriño pasado el primer minuto de juego. Las locales, en plena lucha por el cuarto puesto, tenían mucho más que perder que sus oponentes, y desde el principio demostraron un ataque incisivo que buscaba ir a por todas. Pero Itziar Martínez respondió poco después, indicando que el Guardés también tenía la intención de mantener su buen ritmo aunque ya no tuviese que preocuparse por los puntos. El primer parcial terminaba con la mínima ventaja para las anfitrionas (3-2, min. 5).

La tensión crecía en el municipal de Porriño, de la mano de dos aficiones conscientes tanto de lo que había en juego para el equipo porriñés como de las ganas de seguir creciendo de las guardesas. Los cinco minutos siguientes continuaron con la misma dinámica, con ambos equipos apretando al máximo, y al borde del primer tercio de esta mitad el marcador volvía a reiniciarse (5-5, min. 10).

Las de Isma Martínez peleaban cada balón, con una defensa cerrada en bloque que en varias ocasiones conseguía frenar al equipo de A Guarda, y coronada por un ataque que a menudo acertaba en la portería de Estela Carrera. Por su parte, el Mecalia conseguía aprovecharse de varias pérdidas locales para seguir creciendo y mantenerse cercanas, aunque cada vez comenzaba a serles más difícil.

Y así lo revelaba la máxima distancia en el luminoso que conseguían firmar las de O Porriño algo antes del ecuador de esta primera parte: un 8-5 al minuto 13 que las de Ana Seabra debían impedir que fuese a más. Consciente de ello, la técnica llamó al tiempo muerto. Pero no pareció surtir efecto: para entonces las suyas acumulaban ya más de cinco minutos en el que sólo marcaron un gol, frenadas por una Fátima Rosález muy atenta bajo los palos porriñeses y por algunos errores que las locales consiguieron maximizar. Así, para cuando faltaban algo menos de diez minutos para el descanso, el equipo anfitrión extendía su renta hasta los cinco tantos (11-6, min. 20).

El Guardés comenzaba a tener problemas para revertir la situación, con un desacierto en el lanzamiento a puerta muy inusual entre sus filas que comenzaba a pesar en el marcador, muy alejado de la extrema eficacia de las locales en su red. Y aunque el goteo de goles porriñeses fue reduciéndose gracias a una barrera defensiva más compacta en el Mecalia, era necesario revivir el juego ofensivo para evitar quedarse demasiado atrás.

Con un último parcial de cinco minutos para el pitido que marcaba el momento de irse a los vestuarios, la diferencia en el marcador seguía incrementándose (14-8, min. 26). Y aunque las de A Sangriña consiguieron transformar algunas ocasiones, la ventaja local se mantenía en los mismos términos a la mitad del encuentro, de manera que el objetivo estaba claro para la segunda parte (16-10, min. 30).

El Guardés no perdía la esperanza. Así parecía demostrarlo la intención con la que las suyas saltaron a la pista, lideradas por una Pauli Fernández que encadenó dos aciertos en algo menos de tres minutos y que fue sin duda la jugadora más destacada y goleadora del partido, acumulando hasta 8 a lo largo de todo el encuentro. Y aunque el Porriño pudo seguir creciendo gracias a dos penaltis a su favor, un parcial de 2-3 demostraba que las guardesas tenían la capacidad de hacer suyo este partido (18-13, min. 35).

Poco a poco y con muchos obstáculos, el Mecalia comenzaba a ganar terreno. En los cinco minutos siguientes consiguió aumentar la presión y reducir la distancia a los tres tantos (19-16, min. 41), a pesar de tener en contra el factor cancha y la fuerza de un equipo local que continuaba luchando cada acción.

Todos los balones eran cruciales en el municipal de Porriño, donde la tensión seguía creciendo a cada instante. Las de Isma Martínez comenzaban a sentirla y cometían ahora más fallos que al principio, con varias pérdidas de balón y fallos aprovechados por sus rivales que las habían llevado a marcar un único gol en la mitad de esta primera parte. Para entonces, el Guardés había conseguido reducir la distancia a los dos goles (19-17, min. 45). Tal como lo hiciera dos semanas atrás en A Sangriña, la grada de O Inferno coreaba “sí se puede” con la misma intensidad aun con mucho menos en juego.

Pero el Mecalia llegó a quedarse estancado varios minutos en la barrera de los tres goles, frente a un Porriño que volvió a despertar, recordando todo lo que tenía en juego. Un parcial de 2-1 volvía a decantar el partido a favor de las locales, aunque ahora con una renta mucho más peligrosa y susceptible de cambiar en el tercio final de la contienda (21-18, min. 50).

El encuentro estaba ahora completamente igualado, ofreciendo a los presentes un auténtico espectáculo entre dos titanes del balonmano gallego. Aunque el Guardés mantenía muy alto el nivel de juego, se le acababa el tiempo para dar la vuelta a la situación, y un acierto de Zhukova al borde del minuto 58 volvía a confirmar la ventaja de tres tantos para las suyas, que sería muy difícil de compensar hasta el final para las visitantes (24-21). Pero habría que intentarlo, y Ana Seabra volvió a solicitar el tiempo muerto para planear los dos minutos restantes de infarto.

Tras una gran salida de Cristina Cifuentes que conseguía volver a acercar a las suyas, Isma Martínez hizo lo propio para parar el encuentro y conseguir dominar ese minuto final, en el que el Guardés debía remontar dos tantos si quería llevarse al menos un punto de vuelta a casa. Y así lo hizo, repitiendo la misma presión que le había llevado a ganar al Costa del Sol Málaga hace dos semanas y robando el balón en los momentos precisos. Y también como quince días atrás, el final fue de infarto, aunque con diferente resultado: la misma Cifuentes anotó el gol del empate, aunque la colegiada informó de que estaba ya fuera de tiempo. (24-23, final).

Por apenas segundos, el Mecalia Atlético Guardés no conseguía evitar su segunda derrota de la temporada, aunque no fue una caída para nada dolorosa después de una contienda en la que supo sacar garra para recuperarse de manera impresionante, y sabiéndose sobre todo con una liga regular para la historia en el bolsillo.

Crónica: Elena García