El Monte Real Club de Yates cumple seis años normalizando la diversidad funcional
FOTO // Noelia Estevez

El Monte Real Club de Yates celebró esta mañana en Baiona el sexto cumpleaños de su Escuela de Vela Adaptada, creada en el 2012 con el objetivo de acercar el mundo de la vela a personas con diversidad funcional, promoviendo así su integración en la sociedad.

Durante los últimos seis años, más de 300 alumnos con discapacidades físicas, psicosociales, cognitivas y sensoriales han navegado en los barcos adaptados del club gracias a los cursos de vela inclusivos que el Monte Real ha organizado con el apoyo de Fundación Repsol y la Xunta de Galicia a través de la Consellería de Política Social y Deporte Galego.

Mejorar el nivel físico y emocional de las personas con discapacidad, aumentar su autoestima, incentivar las relaciones entre compañeros, generarles motivación y que disfruten en contacto directo con la naturaleza, acercándolos al mar, son los principales beneficios que se consiguen con este tipo de actividades, impulsadas desde la única escuela del noroeste peninsular que funciona a lo largo de todo el año.

Los últimos alumnos que han pasado por el Monte Real para participar en su programa de “Vela para todos” son usuarios de asociaciones como el Centro Juan María de Nigran, el Centro de Atención a Personas con Discapacidad de Redondela o la Asociación Gallega contra las Enfermedades Neuromusculares (ASEM Galicia). Han asistido a cursos de vela ligera y crucero, han hecho travesías por la bahía de Baiona y han llegado a participar en competiciones de alto nivel como el Trofeo Príncipe de Asturias.

Este miércoles, como broche de oro a sus actividades, han asistido al acto de clausura de la escuela y han recibido unos diplomas que acreditan su participación en los cursos.

Durante el evento, el presidente del Monte Real Club de Yates, José Luis Álvarez, recordó cómo la educación y el empleo han sido, desde siempre, los dos pilares básicos para llegar a la plena inclusión social, y cómo el club ha apostado –dijo- por un tercer pilar, el de la práctica deportiva.

“Lograr que todo aquel que lo desee pueda practicar deporte en igualdad de condiciones ha sido, desde el principio, nuestro principal objetivo y también nuestro reto. Un reto –aseguró – que hemos asumido con una enorme responsabilidad por todo lo que implica”. Se trata, dijo Álvarez, de integrar con la máxima normalidad a las personas con discapacidad en la sociedad, y la práctica náutica, desde su apartado más lúdico hasta el competitivo, es una forma tan buena o más que cualquier otra, afirmó el presidente del Monte Real.

La Escuela de Vela Adaptada del club baionés cuenta, en la actualidad, con tres barcos GOS16, un tipo de embarcación estable y segura que facilita la navegación de estas personas. También dispone de una grúa específica para que los alumnos puedan acceder a los barcos con mayor facilidad, un camino adaptado para que transiten por el club con seguridad y varios monitores formados específicamente para enseñarles a navegar.

Al acto de clausura del sexto curso de la Escuela de Vela Adaptada del Monte Real asistieron, este miércoles, el subdirector xeral de promoción de autonomía de la Xunta de Galicia, Luis Miguel Vázquez; el jefe de servicio de dependencia del gobierno autonómico, José Ignacio Martínez; y el jefe provincial de deportes, Daniel Benavides. Estuvieron también presentes el alcalde de Baiona, Ángel Rodal; y varias responsables de Fundación Repsol, Luisa Roldan y Ana Ferguson del Área Social e Inés González del departamento de marina y pesca de Repsol.

Por parte del club baionés asistieron varios miembros de la Junta Directiva, y el vicepresidente Alejandro Retolaza fue el encargado de clausurar el acto. En su intervención hizo un breve repaso del pasado, presente y futuro de la Escuela de Vela Adaptada, como un sueño –dijo- que finalmente pudieron hacer realidad, y que esperan seguir consolidando en los próximos años. Anunció también Retolaza la celebración, el próximo 15 de septiembre, de la cuarta edición del Vertiatlón, un triatlón solidario con el que el club recauda fondos para su Escuela de Vela Adaptada.