El grupo municipal popular de Baiona asistió en el pleno ordinario de ayer a «algo inaudito en la historia democrática del Concello«, por el que han pasado distintas corporaciones. «El alcalde presentó por urgencia, ya en el propio pleno, dos paquetes de facturas a través de reconocimientos extrajudiciales de crédito por valor de 306.632,12 euros (uno de 192.705,39 euros y otro de 113.926,73 euros), sin haber informado previamente de ellas a la oposición ni, sorprendentemente, tampoco a sus socios de gobierno, BNG y NOS. Ambos reconocimientos con informes desfavorables del departamento de Intervención. Es por este motivo que, ante tal veto a la fiscalización a los grupos de la oposición, el PP votó en contra. La negligencia fue tan grave que los otros dos partidos del gobierno se abstuvieron en la votación y el alcalde tuvo que echar mano de su voto de calidad para poder sacarlas adelante», apuntan los populares.
«Además de la maniobra del regidor, fruto del ocultismo que le caracteriza y la falta de transparencia a la que acostumbra este tripartito, llama la atención la fractura más que evidente del PSdeG, BNG y Nos que, lejos de trabajar en equipo por el bienestar de los vecinos, puso de manifiesto una vez más que no existe comunicación entre ellos y, a juzgar por lo ocurrido en el pleno, se tapan los asuntos unos a los otros por la ausencia total de confianza entre ellos”, comentan.
Pero el asombro de los populares en la sesión ordinaria de marzo aún fue mayor al descubrir, también por sorpresa, «que el tripartito se va a gastar casi un millón de euros, 906.887 concretamente, del remanente de tesorería en arreglar el paseo Pinzón, cuando en este momento se está realizando la tramitación para el proyecto de demolición por valor de 54.000 euros y que, junto al derribo y las indemnizaciones a los propietarios del edificio de la avenida de Julián Valverde de Sabarís, el gasto para el consistorio podría alcanzar los 6 millones de euros. Para el PP baionés (que dejó 4,5 millones de euros de remanente en 2019), aunque pueda ser legítimo ejecutar la obra en Pinzón, gastarse ahora esa cantidad tan elevada de dinero de todos los vecinos es una “locura”, cuando lo lógico sería mantenerlo reservado porque, de no hacerlo, cuando llegue el momento de pagar la demolición las arcas municipales estarán vacías y al alcalde no le quedará otra que hipotecar a los vecinos durante muchos años. El derribo y las indemnizaciones suponen la mitad del presupuesto anual del Concello”, explican desde el PP de Baiona.
«Otros municipios con sentencias similares a la que obliga al consistorio a pagar los gastos de reposición urbanística han solicitado ayuda económica a otras administraciones supramunicipales para evitar la ruina local, pero este tripartito prefiere quebrar el Concello a demandar colaboración externa. Les da igual jugar con el dinero de todo el pueblo, no miran al futuro”, censuran desde el PP local que augura consecuencias graves para la permanencia de algunos servicios públicos baioneses a corto plazo.