El Concello de Gondomar entregó tres trajes de protección integral y materiales específicos a los colaboradores que, de forma altruista, retiran nidos de avispa velutina en el municipio “ante las largas demoras inscritas por parte de la empresa pública contratada por la Xunta de Galicia para hacerse cargo de este problema”.

El alcalde, Paco Ferreira, destacó la importante labor que vienen realizando estos vecinos “ante la falta de respuesta eficaz y rápida por parte del gobierno gallego y la empresa a la que paga para que realice este servicio que incumple de forma sistemática el plazo de cinco días hábiles establecidos para atender la demanda”, señalan desde el Concello.

Ante esta situación, la colaboración de Gondomar se concretó en la acción de tres expertos apicultores “que de forma desinteresada atendían las llamadas de vecinos que no eran cubiertas por el servicio autonómico del 012 en los plazos fijados”. Asi, desde este jueves contarán con trajes de protección integral, guantes y material específico, cedidos por el Concello, para garantizar su seguridad en cada intervención que realicen.

Así lo manifestó el regidor que estuvo acompañado por los concejales de Seguridad y Medioambiente, José Manuel Chamorro y Brais Misa, respectivamente. Este último reiteró que es el 012, teléfono de la Xunta, al que deben dirigirse aquellos que localicen un nido de velutinas para solicitar su retirada. La petición debe cursarse en un plazo de cinco días hábiles, pudiendo ser mayor cuando concurran circunstancias especiales por estar en lugares inaccesibles o a más de 25 metros de altura.

El edil explicó que sólo en caso de que no se les atienda se puede pedir ayuda al Concello, que elaboró un modelo tipo de solicitud, que se podrá retirar en el registro municipal o a través de la web. Asimismo, se elaborará un fichero de control de los nidos retirados por parte del Concello.

El año 2019 Gondomar se tuvo que hacer cargo de la retirada de 178 nidos y en lo que llevamos de 2020 se retiraron 100, cifra que podría aumentar al ser el período comprendido entre mayo a octubre los de mayor actividad de esta especie. La velutina supone un riesgo para a la biodiversidad, pues afecta directamente a la producción apícola y frutícola al estar su dieta formada por abejas y fruta. Esta especie invasora no es más peligrosa que la avispa común, pero su expansión en zonas urbanas o semiurbanas incrementa el riesgo de picaduras para las personas.