La Autoridad Portuaria de Vigo (APV) ha solicitado a la Xunta de Galicia que modifique la Ley de Acompañamiento de los Presupuestos de 2026 para que los cruceros que no pernocten en la ciudad queden exentos del pago de la tasa turística.
La petición, formulada en el marco de las alegaciones a la ordenanza fiscal reguladora del recargo municipal sobre estancias turísticas, busca evitar que Vigo pierda competitividad frente a otros puertos.
Carlos Botana, presidente de la APV, defendió esta mañana que “a taxa turística debería aplicarse unicamente aos cruceristas que pernocten na cidade, como xa se fai cos viaxeiros que chegan en avión, tren ou autobús e marchan o mesmo día. Sería incoherente tratalos de maneira distinta”.
La APV recuerda que muchos de estos cruceristas ni siquiera desembarcan, y que muchos otros se desplazan directamente a enclaves turísticos de la provincia, sin hacer uso de servicios municipales. Por ello, la aplicación del recargo municipal al fondeo o amarre sin pernoctación, en opinión del organismo portuario, “xera dúbidas xurídicas, xa que o feito impoñible produciríase nun espazo de dominio público portuario estatal, non municipal”.
Tras años de descenso en el tráfico de cruceros, el Puerto de Vigo vive un momento de recuperación y crecimiento. Las previsiones para 2025 apuntan a un récord histórico, con 125 escalas y más de 300.000 pasajeros, lo que supone un incremento del 40% respecto al año anterior.
Este repunte se atribuye a la política de bonificaciones en tasas, el 40% máximo permitido por la Ley de Puertos, a inversiones en infraestructuras y a una estrategia activa de promoción.
No obstante, la posible entrada en vigor del recargo municipal amenaza con alterar esa tendencia. La tasa, que no pagarían los turistas directamente sino las navieras, se integraría en los costes de escala, un elemento decisivo a la hora de planificar rutas. La APV advierte de que “un incremento deste tipo podería facer que moitas escalas previstas para Vigo optasen por recalar noutros portos máis competitivos”.
Según los cálculos del puerto, un crucero de grandes dimensiones (340 metros de eslora, 150.000 toneladas y 4.500 pasajeros) paga actualmente alrededor de 18.000 euros en tasas portuarias. Con la aplicación de una tasa turística de 1,5 euros por pasajero, el coste total podría elevarse a unos 25.000 euros, lo que supondría un aumento cercano al 40%. Para algunas escalas, el impacto sería incluso mayor, alcanzando el 50% del coste actual de amarre.
Este sobrecoste, según la APV, repercutiría negativamente en el ecosistema económico local ligado al turismo, que depende en buena medida de la llegada de cruceros. “Non podemos permitirnos poñer en risco os empregos e os ingresos que xera este tráfico para a cidade e para moitas pequenas empresas”, advierte Botana.
Por todo ello, la APV ha pedido que se modifique la legislación para que el recargo no se aplique a los cruceros que no pernocten en Vigo. Como medida alternativa, reclama que se establezca una moratoria de al menos dos años, teniendo en cuenta que “as navieiras xa teñen pechadas as escalas para os anos 2026 e 2027, e non contaban cun incremento de custos deste tipo”.
La Autoridad Portuaria insiste en que la tasa turística, tal y como está planteada, podría suponer un revés importante para el sector. Y concluye que es necesario encontrar un equilibrio que permita a la ciudad beneficiarse del turismo sin poner en riesgo su sostenibilidad económica, “Non estamos en contra da taxa, pero si do modo no que se pretende aplicar. Hai que garantir un trato xusto e coherente para todos os visitantes”.
