Proyecto, Couso “siembra agua” para combatir la sequia

La Comunidade de Montes Veciñais en Man Común de Couso, Gondomar, ha sido seleccionada como finalista del prestigioso Premio Internacional Elinor Ostrom 2025, cuya ceremonia se celebró el pasado día 16 de junio en el marco del congreso internacional de la IASC (International Association for the Study of the Commons), y que reconoce experiencias ejemplares de gobernanza colectiva de bienes comunes a nivel global.

El premio lleva el nombre de Elinor Ostrom, primera mujer galardonada con el Premio Nobel de Economía, cuyas investigaciones revolucionaron el pensamiento económico al demostrar que las comunidades locales pueden gestionar de manera sostenible sus recursos naturales sin necesidad de privatización ni control estatal centralizado. Ser finalistas en este certamen representa un hito sin precedentes para la comunidad gallega de Couso y para el modelo de montes en mancomún, que se afirma así como un ejemplo inspirador de resiliencia, innovación rural y justicia ecológica.

La candidatura fue presentada por el profesor Xavier Simón Fernández (Universidad de Vigo), y reconocida por el comité organizador como una de las más destacadas entre decenas de propuestas de todo el mundo. Aunque finalmente no fue seleccionada como ganadora, tienen mucho que celebrar, pues la Comunidad de Montes de Couso ha sido una de las tres iniciativas finalistas reconocidas con una mención de honor por el comité del Premio Elinor Ostrom 2025, en reconocimiento al increíble trabajo que están llevando a cabo.

Su trabajo fue presentado durante la ceremonia oficial del premio celebrada en el marco del XX Congreso Bienal de la IASC, en la Universidad de Massachusetts (Amherst, EE.UU.), y ya puede consultarse públicamente en la página oficial del premio como ejemplo internacional de gobernanza comunal transformadora.

Este reconocimiento reafirma la singularidad y la fuerza transformadora del trabajo colectivo que Couso impulsa desde hace décadas: la regeneración de un monte degradado en un ecosistema biodiverso, multifuncional y profundamente humano. Han reducido la presencia de eucaliptos, reforestado con frondosas autóctonas, cultivado productos regenerativos e introducido nuevas experiencias de aprovechamiento del monte, como el shiitake o los frutos rojos, ademas de desarrollar constituirse como comunidad energética.

Todo ello se articula desde una estructura del mancomún basada en tomas de decisiones asamblearias, transmisión intergeneracional, memoria viva y cuidado profundo del territorio.

Este reconocimiento internacional sitúa a Couso como una práctica de referencia mundial en tiempos de crisis climática y ecológica, y muestra que otros modos de vivir, producir y decidir colectivamente no solo son posibles, sino urgentes.

Aunque este tipo de gobernanza comunitaria sigue sigue estando infrarepresentada en muchas políticas públicas y marcos económicos globales, demuestra con hechos que existen formas de organización profundamente eficaces, basadas en lógicas de sostenibilidad, la relacionalidad y arraigadas en el conocimiento situado y el cuidado mutuo interespecie.