Una nueva riada volvió a sorprender esta tarde a los vecinos de Oia. Una vez más, la gasolinera de Viladesuso volvió a sufrir las consecuencias de las fuertes lluvias. Este último temporal dejó esta tarde vientos de 114,9 km/h y unas precipitaciones de 32,8 lm2 en la estación meteorológica de Oia.
La canalización del río Seco a su paso por dicha estación de servicio y por la carretera de la PO-552 que une las localidades de Baiona y A Guarda, no aguantó el aumento del caudal debido a la maleza arrastrada por el agua que acabó taponando la alcantarilla y se desbordó.
El agua inundó la gasolinera y la carretera, que estuvo cortada hasta que una retroexcavadora retiró la maleza que obstruía el cauce del río. “No bajaba casi agua por el río y de repente se empezó a inundar todo. Salió mucha agua negra. Menos mal que hay una rejilla y no vinieron las piedras como en las anteriores veces. El agua nos daba por la rodilla. Pusimos unas tablas y unas mantas para que no entrara agua en la tienda”, señaló Cristina Salinas, propietaria de la estación de servicio.
El agua también llegó hasta un hotel cercano. La piscina y el jardín del establecimiento quedaron asolagados. El agua y el lodo lo cubrieron todo. Los dueños sólo les quedaba limpiar, “menos mal que no nos entró en el hotel”, señalaba la propietaria resignada una vez más.