TVG (Nati Parada)

La doctora Dolores Corbacho, jefa de Neumología del hospital Ribera Povisa de Vigo, destaca que los principales riesgos para la salud de la calima “son a nivel respiratorio, por el tipo de partículas que contiene este polvo en suspensión: óxido de aluminio, sílice, arcilla, yeso y otros minerales”.

Además, añade, “puede llevar polen u hongos”. Este tipo de episodios “aumenta el riesgo de bronquitis y causa mayor susceptibilidad a infecciones respiratorias”, apunta, por eso se recomienda una especial precaución a aquellos que padecen patologías respiratorias crónicas, además de embarazadas, niños menores de 6 años y personas mayores.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) fija el nivel máximo al que se puede estar expuesto con estos fenómenos y que “se suele superar en circunstancias como la actual, en ciudades distantes al foco de origen, como puede ser Vigo”, explica. Estudios recientes concluyen que en las zonas más afectadas “los días de calima sahariana conllevan un riesgo de hospitalización por enfermedades respiratorias”. 

El polvo en suspensión o calima, como se conoce este fenómeno, está formado por un conjunto de partículas de polvo de diferentes tamaños, suspendidas en el aire que, al ser respiradas, pueden introducirse en las vías respiratorias y depositarse en los bronquios.

Neumólogos del grupo sanitario Ribera advierten que pacientes con enfermedades respiratorias, como la Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC) o asma, entre otros, “pueden sufrir broncoespasmos o una descompensación de su patología por esta causa”, detalla la jefa de Neumología del Hospital Universitario de Torrejón, la doctora Soledad Alonso. Coincide con ella el doctor Miguel Ángel Ciscar, jefe del Servicio de Neumología del Hospital de Denia. “En pacientes con enfermedades respiratorias previas, la calima puede empeorar sus síntomas habituales, sobre todo si están mucho tiempo en el exterior sin mascarilla, llegando a provocar más disnea o crisis asmáticas”, asegura.

Sin embargo, la calima no solo afecta a personas con patologías previas. También al conjunto de ciudadanos, si la exposición es larga y la cantidad de polvo en suspensión es abundante. “En personas sin patologías respiratorias, lo más habitual es que tengan picor de ojos, nariz o de garganta por la irritación que provoca el polvo en el organismo”, explica la doctora Alonso. También tos u obstrucción nasal.

Consejos para evitar los efectos de la calima

Para la población general los profesionales del grupo sanitario Ribera coinciden al recomendar que es importante salir a la calle con mascarilla FFP2, evitar estos días el ejercicio físico al aire libre, no abrir las ventanas para ventilar y mantener una correcta hidratación, sobre todo en las zonas más afectadas por este fenómeno. “Lo ideal es exponerse lo menos posible y para ello, lo mejor es quedarse en casa y salir para lo imprescindible, intentar cerrar bien las ventanas, beber muchos líquidos y evitar hacer deporte al aire libre”, asegura la doctora Corbacho. “En el caso de los enfermos respiratorios crónicos, además de todo lo anterior, tienen que llevar siempre encima el inhalador de rescate y hacer uso de él si notan que les afecta la calima y, en caso de empeoramiento sin mejoría, consultar con su médico».