El Concello de Nigrán implantó el aparcamiento en espiga en el centro urbano, ya que carecía de ordenación alguna al no estar marcadas las líneas, y al mismo tiempo, instaló barandillas para aumentar la seguridad peatonal.
Ambas medidas, junto con el pintado de nuevas plazas para discapacitados y zonas de carga y descarga, suponen un cambio en todo el casco urbano para hacerlo más accesible y seguro, acorde así al proyecto «Un Nigrán para todos».
La instalación de barandas en las calles Rosalía de Castro (frente el Ayuntamiento), Manuel Alonso, paseo de Panxón y Playa América contó con un presupuesto de 5.000 euros.
«Es algo muy básico que se pidió desde el grupo de trabajo de ‘Un Nigrán para todos’ porque beneficia a niños, ancianos y todas aquellas personas con problemas de equilibrio o que precisan sentirse seguras ante un desnivel o escaleras», explica el alcalde, Juan González.
Por otra parte, el Ayuntamiento apostó en el centro por el pintado de aparcamientos en espiga o en batería ‘marcha atrás’, lo que supone una mejora de la seguridad al eliminar ángulos muertos de visibilidad y salir en el sentido de la marcha. Además, evita los accidentes leves que se producen más frecuentemente al salir marcha atrás y ahorra un 10% de superficie por plaza. Con este sistema, en una única maniobra el vehículo emplea un ancho de plaza menor al estacionar marcha atrás, pues tiene un radio de giro y una margen de movimiento mayor. Por otra parte, el aparcamiento en espiga también facilita la carga/descarga, al tiempo que reduce el número de atropellos, y reduce la velocidad de circulación.