O Rosal avanza a buen ritmo en su camino hacia la mejora de la eficiencia energética de las instalaciones municipales. La alcaldesa, Ánxela Fernández Callís, y el delegado territorial de la Xunta de Galicia en Pontevedra, Agustín Reguera, visitaron este viernes las dos nuevas calderas de biomasa que se acaban de colocar en dos instalaciones deportivas con un elevado número de personas usuarias: el pabellón municipal y el campo de fútbol de A Mata.

Con una inversión de 95.000 euros cofinanciados entre el Cocnello y el Fondo de Cooperación Local de la Xunta de Galicia, con esta renovación se llevó a cabo el relevo de las calderas de gasóleo de estas instalaciones municipales por dos de pellets con combustible de biomasa para la producción de calefacción para estos edificios y de agua caliente para las duchas de sus correspondientes vestuarios.

Se trata de una modernización de las instalaciones municipales adaptándolas al uso de las energías menos contaminantes y renovando equipos obsoletos, en los que también se mejora su aislamiento y regulación, permitiendo un control total del sistema con termostatos de ambiente y telegestión.

Con estas nuevas calderas de biomasa, el Concello do Rosal sigue trabajando en la reducción de las emisiones de CO2 del municipio y redundando en un ahorro económico y energético. Como señala la alcaldesa, estas dos nuevas instalaciones “son un paso máis no noso compromiso coa eficiencia enerxética e a sostibilidade, reducindo a nosa pegada de carbono ao tempo que melloramos o confort de usuarios e usuarias e logramos un aforro económico importante”. “O noso obxectivo é diminuír o consumo e seguir camiñando cara a unha enerxía limpa, convertendo pouco a pouco ao Rosal nun referente no emprego de enerxías renovables”, resaltó.

Por otra parte, durante el encuentro, regidora y delegado visitaron también las obras de cambio de la cubierta de los vestuarios del campo de fútbol de A Mata, unos trabajos que están en proceso y que busca acabar con el deterioro que presenta el edificio propio de su antigüedad y por la falta de piezas de final, canalones o bajantes, que provoca filtraciones tanto al interior de los vestuarios como al exterior, dejando visibles marcas de humedad sobre los muros de las fachadas. Las obras, que salieron a licitación por más de 81.000 euros, están financiadas al 77% al amparo del fondo adicional del Fondo de Cooperación Local de la Xunta de Galicia y el resto con fondos propios del Concello.