O Rosal aprobó este jueves en pleno una moción urgente para instar a la Xunta de Galicia a mantener el puesto de traballo social de la Unidade de Saúde Mental del centro de saúde de Tui, que dejará de contar con este recurso de forma inminente este 1 de junio.
Con esta propuesta, el Concello busca que se garantice la atención integral a la salud mental con un equipo multidisciplinar que atiende a más de 60.000 personas de los cinco ayuntamientos del Baio Miño (Tui, Tomiño, O Rosal, A Guarda y Oia) y de Salceda de Caselas.
La alcaldesa, Ánxela Fernández Callís, señaló que «prescindir desta praza de traballador social sería comezar a desmantelar esta unidade. A presenza dun traballador/a social nesta unidade non é un luxo, é unha necesidade vital para garantir o acompañamento ás familias e persoas afectadas, especialmente nun territorio tan disperso como o noso, facilitando unha atención de proximidade”.
En el pleno se recordó que desde 2001 una persona profesional desarrolla este trabajo esencial de forma continuada, estableciendo vínculos con la comunidad, con los usuarios y usuarias, con sus familias, con los servicios sociales de Atención Primaria del Concello y del propio SERGAS, así como con las asociación, un servicio de alta calidad que facilita una mayor colaboración en el tratamiento de pacientes mediante el seguimiento compartido, el acompañamiento a las familias y la intervención inmediata. Una atención centrada en la y en el paciente por parte de los servicios de salud mental que favorece la continuidad asistencial.
Según la regidora, “perder este recurso esencial significaría dar un paso atrás na calidade asistencial e na protección das persoas máis vulnerables”. Fernández Callís insistió en que “nun momento no que a saúde mental debe ser unha prioridade, non podemos permitir que se deteriore un servizo que facilita a continuidade asistencial”.
La Unidade de Saude Mental del centro de saude de Tui cuenta con un equipo multidisciplinar que integra psiquiatras, psicólogas/os clínicas/os, enfermería especializada y personal administrativo, además del trabajador/a social que ahora se va a suprimir. Este perfil profesional garantiza una atención integral, no solo centrada en la persona paciente, sino también en su entorno familiar y social, algo imprescindible para la recuperación de las y de los enfermos y para la mejora de la calidad de vida.