Cinco años después las cicatrices de una de las peores olas de incendios en Galicia todavía no se han borrado. Era el 15 de octubre de 2017. Un día como otro cualquiera. Un domingo más. Hasta que las llamas lo devoraron todo lo que se encontraron por donde pasaron. Un octubre negro en el que el fuego arrasó cientos de hectáreas en nuestros montes, calcinó varias casas y dejó dos personas fallecidas en Chandebrito, Maximina Iglesias Iglesias y Angelina Otero Otero.
Los hermanos Ramón y Xosé Trigo de A Guarda también vivieron en primera persona la tragedia. Ese fatídico día las llamas calcinaron por completo una vivienda de su propiedad en el lugar de As Loucenzas. Una casa de fin de semana construida en los ochenta a pocos metros del Océano Atlántico que se salvó de ser devorada varias veces por el fuego. “Estábamos en Vigo y nos avisó mi sobrina que la casa ardiera. Era una vivienda para habitar, con todas las comodidades posibles. Tenía camas, mesas, televisión y hasta una nevera. En pocos minutos desapareció todo. Quedaron sólo las paredes”, comenta Xosé Trigo.
Los dos hermanos, que residen en Vigo, se pusieron manos a la obra y, con la ayuda de familiares y amigos, consiguieron con mucho esfuerzo y tesón que la casa donde pasaron tantas horas con la familia, recobrase vida. “En vez de tirarla la restauramos como nos dijo el arquitecto. La casa está construida con ladrillos refractarios de la fábrica de As Cachadas que usaban en el horno y aguantaron las altas temperaturas que se originaron ese fatídico día”, explican los dos hermanos, orgullosos de tener la casa casi terminada después de tanto trabajo.
Pero Xosé y Ramón no quieren que la casa sea sólo para ellos y decidieron abrirla al mundo creando el proyecto “Casa Queimada”, “un espacio para todos aquellos amigos, artistas, escultores, poetas, músicos y pintores, que nos ayudaron a levantarla de nuevo. Pretendemos hacer un punto de encuentro cultural para que ellos muestren sus obras, sus cuadros, sus esculturas y ofrezcan conciertos al aire libre para que toda la gente que quiera, venga a disfrutar del arte contemplando la puesta de sol”, explica Ramón Trigo, artista que también expondrá aquí sus obras.
Si bien la vivienda está prácticamente restaurada, necesitan acondicionar el exterior y crear un taller donde impartir “clases de arte a la gente de la comarca y, además, tener un espacio donde los artistas que vengan a actuar o a exponer sus obras en “Casa Queimada”, puedan trabajar”, indican.
Todo esto supone un coste extra y han impulsado una campaña de micromecenazgo en Varkami para poder crear el obradoiro. “Comenzamos en agosto y ya tenemos más de 4.000 euros de los 8.000 que necesitamos. Al donar se adquiere también una de nuestras obras o comics. Al acabar la campaña, Ramón hará unas esculturas y un comic de “Casa Queimada” y luego prepararemos la programación de las exposiciones y conciertos de grupos emergentes de la comarca, que se presentará en primavera”, señala Xosé Trigo.

