El hospital Ribera Povisa consume, desde el pasado 1 de julio, energía eléctrica de origen 100% renovable, un avance estratégico que responde al compromiso del grupo Ribera con el cuidado del planeta y que hace del hospital un edificio ecoeficiente y sostenible.

De hecho, mitigar la huella de carbono es una de las claves de su ambiciosa hoja de ruta. “Calculamos ese impacto desde 2019 y actuamos para reducirlo, con el sello del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico”, recalca el director técnico del hospital, Arturo Aira.

Ribera Povisa, además, acaba de obtener el certificado de eficiencia energética con valores óptimos (letra B). Esta certificación -mide las energías no renovables consumidas y el monóxido de carbono emitido y se registra en la Xunta de Galicia-, se extiende a los locales de consultas externas y al Centro de Estudios, y responde a una gestión eficiente y sostenible de largo recorrido.

Las cifras hablan por sí solas: en apenas un año y medio se ha recortado un 33% el consumo de gas al mejorar tanto la distribución como el bombeo. Además, explica Aira, “existe un sistema de aislamiento muy eficaz (SATE) que consigue que el edificio en sí sea energéticamente eficiente, y hemos incorporado calderas de condensación con muy bajo consumo y equipos de climatización de alta eficiencia”.

La electricidad y el agua son los otros dos pilares de esta estrategia hacia la sostenibilidad de Ribera Povisa. Tras disminuir un 10% el consumo de electricidad desde 2015, el nuevo cuadro eléctrico y la reciente adquisición de un equilibrador de tensiones, que busca la máxima eficiencia del uso de energía, permitirán reducirlo de manera inmediata otro 5,5%.

El ahorro de agua asciende ya a 23 millones de litros anuales, el equivalente a siete piscinas olímpicas, lo que repercute en el consumo energético de la EDAR de Vigo. Unas cifras –se gasta la mitad de agua que en 2015- que responden a la instalación de una nueva planta de tratamiento para diálisis, la eliminación de torres de refrigeración o la instalación de grifos temporizados de bajo consumo. Todo ello apuntalado por una campaña de concienciación dirigida a usuarios y trabajadores con mensajes como “Cada gota cuenta”, en los grifos, y “Apaga y vámonos, púlsame cuando salgas”, en interruptores.

Primer gran hospital privado con el sello oficial de huella de carbono

Por cuarto año, además, Ribera Povisa realiza el cálculo de huella de carbono, que registra y sella el Ministerio para la Transición Ecológica para conocer su impacto ambiental y reducirlo. Ya en 2020 –el hospital está pendiente ahora de la auditoría de 2021-, la huella de carbono se redujo un 30% con respecto al ejercicio anterior, dejando así de emitir más de 586 toneladas de CO2 a la atmósfera, lo que equivale a 572 viajes a Madrid en autobús ida y vuelta. Este cálculo y el esfuerzo por reducir las emisiones ha hecho que Ribera Povisa se convierta en el primer gran hospital privado de España en obtener el sello de cálculo de huella de carbono, una acreditación voluntaria y progresiva (calcular, reducir, compensar), y que se diferencia del certificado de eficiencia energética, que es de obligado cumplimiento.

Los edificios consumen más del 30% de la energía mundial y contribuyen a casi el 40% de las emisiones globales de carbono, según datos de la ONU, por lo que se estima determinante la mejora de la eficiencia energética del parque inmobiliario para conseguir la neutralidad en dichas emisiones establecida en el Pacto Verde Europeo para 2050. Ribera Povisa, consciente de este desafío, afronta sin tregua el reto de la sostenibilidad con nuevos proyectos ya en el horizonte.