Sanxián, una pequeña aldea de O Rosal está en pie de guerra tras la notificación del Catastro de inscribir sus casas en el Concello vecino de Oia.
Esto es debido a que el pueblo lo divide el río Covo, que delimita los dos Concellos, el de O Rosal y el de Oia. Hasta ahora y durante más de cien años, los habitantes de Sanxián siempre fueron de O Rosal pagando sus impuestos en este Municipio de O Baixo Miño y han enviado un escrito a la Administración pidiendo una moratoria.
Con la nueva cartografía por satélite la Administración les obliga a ser de Oia, “ desde que en Octubre del año 2014, en el que recibimos una carta del Catastro en la cual se nos indica que las casas que están al norte del río Covo pertenecen al Concello de Oia, estamos en una situación de desesperación ya que tenemos que cambiar toda nuestra documentación, escrituras, etc.” relata Guillerme Vicente, uno de los vecinos afectados.
No sólo les afecta cambiar la documentación, sino que también, el cambio de Concello les acarrearía que el área de servicio de influencia ya no sería A Guarda ni O Rosal, sería Baiona. Los médicos, los juzgados o los servicios municipales como la recogida de basura también se verían afectados.
Los dos alcaldes afectados en este curioso caso, Jesús María Fernández de O Rosal y Rosa María Otero de Oia, están trabajando para solucionar el problema. Una de las propuestas que están sobre la mesa es una permuta de terrenos de unos 15.000 metros cuadrados en el que el Concello de O Rosal tiene que cambiar al de Oia y así los doce vecinos afectados puedan seguir viviendo en O Rosal.
“Esto es un trastorno para nosotros enorme”, relata Marcial Mariño con cierto malestar, “ además si yo no quiero ir para el Concello de Oia, por qué estoy obligado a ir cuando toda la vida fui de O Rosal”. Otra de las vecinas afectadas, Mª Soledad Mariño señala que “llevamos tantos años juntos que nos parece una cosa rarísima y prefiero estar donde estábamos…. Me siento mal ahora desde que nos enteramos que nos quieren pasar para Oia, porque esto pertenece a Oia y al llevar tanto tiempo en un sitio le coges cariño”.
Mientras se soluciona el problema, estos vecinos de Sanxián duermen como rosaleiros aunque sean de Oia.