El Mecalia Atlético Guardés inició la segunda vuelta igual que acabó la primera: con un triunfo en A Sangriña, que solo contempla victorias locales en lo que va de 2022. Lo hizo, además, contra un rival directo en la batalla por los puestos europeos, un Caja Rural Aula Valladolid de mucho nivel, que dio todavía más valor a la puesta en escena del conjunto miñoto. Y es que un acelerón de las pucelanas en el último tercio del choque puso en serio peligro una victoria que parecía encarrilada al descanso (18-12).
Seis tantos de ventaja que llegaron gracias a una primera mitad especialmente brillante del Mecalia. La ausencia de José Ignacio Prades, recién operado de una leve dolencia renal, sirvió como motivación para las jugadoras locales, que volaron durante la media hora inicial. Y cuando hubo alguna duda, el banquillo ayudó. Y mucho. Un tiempo muerto de Abel González, que suplió a la perfección la ausencia del técnico alicantino, frenó en seco el parcial de 1-4 que había logrado Aula e impulsó otro de 6-0 a favor del Guardés. Demoledor.
Todo basado en un altísimo nivel defensivo, con Lima, Arcos y Carla Gómez rayando a gran altura. Y en este juego, cuando la defensa funciona, la portería produce. Y más cuando es Marisol Carratú la que la defiende. La capitana del equipo miñoto firmó la friolera de 12 paradas en la primera mitad. Imperial. La argentina, que atraviesa su mejor momento de la temporada, fue el cimiento sobre el que el equipo local construyó su maravilloso edificio del primer acto. La conexión con la línea funcionaba a la perfección y cuando las locales no podían correr, Gabi Pessoa castigaba desde fuera. Once goles anotó la brasileña en una espectacular actuación que rivalizó con el clínic en el pivote de Carla Gómez, que se fue a nueve tantos con los que coronó su trabajo defensivo.
Pero, pese al 18-12 del intermedio, que llegó a ser 23-15 en los primeros compases de la segunda parte, la victoria no cristalizó hasta el bocinazo final. Si algo distingue a Aula Valladolid es su espíritu irreductible. Las pupilas de Miguel Ángel Peñas elevaron su nivel defensivo y comenzaron a desactivar los cruces locales. Lulu Guerra aportó en la portería. Y en ataque, Danila So Delgado exhibió poderío -anotó ocho goles-. De este modo, el equipo pucelano redujo la desventaja a tan solo dos goles a cinco minutos para el final con un parcial de 3-9 que hizo tragar saliva a la grada de A Sangriña. Pero O Inferno no se congeló. Mantuvo viva su llama y en unos compases finales llenos de oficio, el Guardés mantuvo la calma y también su condición de invicto en casa en el presente 2022. Una victoria fundamental, contra un rival directo al que también gana el golaveraje particular, para empezar la segunda vuelta de la mejor manera.