Marco y Francesc crearon Pullpo

Hoy día no nos imaginamos el mundo sin las nuevas tecnologías. Los teléfonos móviles, las tabletas o los ordenadores forman parte de nuestra vida y prácticamente no hay ningún aparato eléctrico que no tenga algún circuito integrado.

Pero para que nuestro ordenador funcione, antes los programadores tienen que diseñar, crear y elaborar software mediante el uso de lenguajes de programación, labor que lleva consigo muchas horas de trabajo y eleva los gastos de las empresas.

Marco Patiño es un joven de 23 años de Camposancos, A Guarda, que creó el pasado mes de abril junto con su compañero, el catalán de su misma edad, Francesc Holly, la startup Pullpo, “que mejora la eficiencia de los programadores y reduce el tiempo de proceso de conversación de código una media de un 30%, y en algunas ocasiones, lo hemos reducimos en un 80%, lo cual es mucho dinero de ahorro para las empresas”, afirma el guardés, que estudió ingeniería informática en la Universidad Politécnica de Cataluña.

El CEO Marco Patiño explica que la falta de desarrolladores de software con experiencia es un problema global, lo que hace que sean extremadamente caros. «Por este motivo, es importante invertir en la optimización de los procesos en los que están involucrados y en asegurarnos de que los desarrolladores que hay en plantilla sean lo más eficientes posible”.

Su empresa Pullpo, que viene de la unión de pulpo y Pull Request, ya ha atraído a los primeros inversores y cerró una ronda de inversión de 110.000€. “La ronda ha sido liderada por Platanus Ventures, una de las firmas de capital riesgo más importantes de habla hispana. En los primeros 5 meses de vida, Pullpo consiguió crear un producto, adquirir los primeros clientes de pago y levantar la primera ronda de inversión. Ahora, estamos en Portugal, México y España y buscamos 600.000€ más para continuar nuestro crecimiento y contratar a más personal”, apunta el cofundador de la startup.

Entre sus clientes se encuentran compañías como Exoticca, con cerca de 400 empleados y 200M€ de facturación al año. Aunque queda mucho camino por recorrer, «me veo montando esto para cumplir los objetivos en los próximos 10 años. Si me dices hace unos meses que íbamos estar aquí, no me lo creería, estoy muy orgulloso de nuestro trabajo», finaliza el guardés, que a pesar de su corta edad, tiene las ideas claras y la cabeza sobre los hombros.