ALFREDO // Vecinos de Carregal al lado del depósito de agua y de una plantación

Las asociaciones de vecinos y de la traída de aguas de Carregal, en Tomiño, han hecho un frente común para reclamar a las distintas administraciones que tomen cartas en el asunto en los episodios de las plagas de moscas, que llevan invadiendo el barrio en los últimos años, y que hacen la vida imposible a los más de 765 vecinos.

En una rueda de prensa celebrada este lunes, la presidenta de la traída de aguas, Mónica Otero, y el presidente de la asociación de vecinos, Isaac Acuña, han trasladado a los medios el malestar de los vecinos de este lugar de la parroquia de Amorín por la problemática de las moscas.

El pasado jueves mantuvieron una reunión con el Concello, la Universidad de Vigo, técnicos de la Xunta y otras asociaciones, en la cual les explicaron cuales podrían ser las posibles causas de las plagas.

«Nos dijeron que era una mosca común y que las posibles causas podrían ser el cambio climático, en enero tuvimos temperaturas altas y prácticamente no hemos tenido heladas, por lo que la mortalidad de larvas es muy baja. También nos indicaron que ha influido la deforestación, en los últimos años ha desaparecido la masa forestal de Carregal y con ella los depredadores de moscas«, señala Isaac Acuña.

Otra de las causas que podría estar dependida la plaga es «la mala práctica de los agricultores a la hora de abonar las plantaciones. Extienden estiércol fresco del gallinero industrial que tenemos aquí al lado en enormes áreas de terreno, y como no está fermentado, es una cama perfecta para la cría de larvas de mosca«, apunta el presidente de la asociación de vecinos.

Advierten también que las normas que rigen sobre las plantaciones sólo son recomendaciones, «lo nos lleva a que no dejan perímetros de seguridad en torno a las casas, a zonas urbanas o acuíferos. No hay ninguna normativa que proteja a esta gente y cuando dan los sulfatos, esas casas están expuestas a la nube que provocan, con el peligro que ello conlleva».

Afirman además que hace unas semanas denunciaron una plantación porque abonaron con una cantidad ingente de estiércol fresco, «pero a pesar de que el Seprona levantó acta, no se va a sancionar por que la normativa que hay que es muy laxa».

Aseguran que no están en contra de las plantaciones, pero piden a las administraciones que haya una convivencia entre vecinos y estos plantíos y, sobre todo, que garanticen la salud pública legislando los cultivos que han proliferado en los últimos años . «Tienen que hacer franjas de protección para poder separar las viviendas de lo que son los cultivos. Que haya zonas verdes dentro de las plantaciones y que se legisle su en torno. Que no estén  cerca ni de las casas, ni de los acuíferos, ni de los manantiales, ni de los depósitos de agua, porque un día nos vamos a beber los pesticidas», advierte Mónica Otero.