El 29 de agosto del pasado año, el Concello de Nigrán iniciaba los trabajos de humanización de la Rúa Otero Pedrayo, unas obras que, señalaba por entonces, “transformarán radicalmente y definitivamente la calle antes de que finalice el año”. Pero a día de hoy esos trabajos todavía no han finalizado, lo que ha provocado la indignación de los vecinos, que llevan sufriendo los inconvenientes de las obras más de un año.
Ante esta demora se han concentrado el pasado sábado para exigir que agilicen las obras. “Dijeron que estarían rematadas antes de fin de año, y todavía siguen. Son interminables. Estamos cansados porque no hay aceras y tenemos que ir por el medio de la carretera. Tampoco hay buenas entradas. Queremos ir a Panxón y tenemos que hacer un recorrido muy grande”, señala Carmen Rial González, una de las vecinas afectadas de los últimos 300 metros de calle sin rematar.
Según los vecinos, las obras llevan paradas más de una semana y desconocen la razón. Aseguran que llamaron a la empresa “y nos dijeron que llamáramos al concello, que la culpa era de ellos”. “Le mandamos un correo al alcalde y nos contestó que la empresa constructora está haciendo otra obra en otro sitio y que venían esta semana, pero aquí no ha aparecido nadie. Se están pasado la pelota unos a otros y los trabajos están parados y queremos saber qué es lo que pasa”, comenta indignada Lola Gallego, otra vecina.
Desde el Concello reconocen que el retraso en la ejecución es mayor de lo esperado y que quedan actualmente unos 300 metros por completar, el 90% está ya ejecutado. «A empresa asegurou ó Concello que parou os traballos só por necesidade urxente noutra obra e que regresará o luns 2 de outubro para ter todo listo en 20 días», afirman.
Aseguran que el principal retraso se debió a la aparición de amianto en la envoltura del cable eléctrico de toda la calle, lo que obligó a contratar su retirada por una empresa especializada y a esperar por todas las autorizaciones pertinentes (3 meses tardaron en llegar las autorizaciones). «Actualmente retirouse xa por completo, ademáis, as choivas copiosas deste inverno tampouco axudaron a que puidesen avanzar máis rapidamente», indican desde el consistorio.
María del Rosario Gallego es otra de las vecinas afectadas. Vive en el Camiño da Touza y cuando cortan la carretera «tengo que dar un rodeo de más de dos kilómetros por los Abetos cuando mi casa está aquí al lado. Además, con tanto bache de las obras, los coches se sufren desperfectos«, apunta.
«Decían que iban a poner la fibra, y de momento no la han puesto. Falta todo, hacer aceras, carreteras, servicios básicos, etc. Nos gustaría saber porque estamos tan discriminados. No nos dan ninguna explicación del retraso y estamos indignados», comenta Juan Ramón, vecino de A Costiña, quien asegura que las obras no sólo afecta a los residentes de la calle, «sino también a la gente que pasa por aquí, tanto para ir a la playa como a Panxón o a Priegue, ya que es una de las principales vías del concello».
«É unha obra de gran envergadura cun orzamento de 1´3 millóns de euros. A transformación da rúa xa se pode apreciar que é radical. Pedimos un pouco máis de paciencia aos veciños dese tramo. Sabemos que as obras son un incordio no día a día dos residentes e lamentamos os retrasos, pero a cambio van a ter en cuestión de semanas unha rúa amable e moderna que levaba máis de 30 anos sen tocarse e coas peores beirarrúas de toda a provincia», incide el alcalde, Juan González.
La Rúa Otero Pedrayo era de titularidad de la Xunta de Galicia hasta que en el 2020 el Concello optó por solicitar la titularidad municipal para poder emprender las obras en solitario. Luego el Concello contrató el proyecto primero y después lo licitó.