Aser Estévez (A Guarda, 1988) continuará la próxima temporada en las filas del equipo Aluminios Cortizo-Anova dirigido por Jesús Blanco Villar. Tras un gran año y siete victorias individuales, entre las que sobresalen los Campeonatos de Galicia de Contrarreloj en Baños de Molgas (Ourense) en el mes de mayo, y el Campeonato de Galicia de Fondo en Pontevedra en junio, el guardés aspira a todo en 2018 en la que será su décimo octava temporada en activo.
Estévez empezó a pedalear en las filas del Club Ciclista O Rosal en el año 2001 en la categoría infantil, cuando tenía 11 años, y desde entonces ha ido compitiendo año tras año en varias escuadras de Galicia, al mismo tiempo que ha ido aprendiendo y creciendo, hasta ser uno de los mejores ciclistas del país en categoría élite y el mejor gallego de este nivel en la actualidad.
Tras su estancia en el club rosaleiro entre 2001 y 2006 en las categorías infantil, cadete y juvenil, dio el salto a la categoría Sub-23 en las filas del Spol-Caixanova de Horacio Barros, donde estuvo hasta 2010 y fue cuando consiguió destacar notablemente y hacerse eco en el territorio nacional y en el extranjero. Muestra de ello fue su victoria en el Campeonato de España de Contrarreloj en Santoña (Cantabria) en junio del 2009 y su participación en el Campeonato del Mundo de Contrarreloj en Mendrisio (Suiza) en septiembre de ese año.
Además en 2009 consiguió su triplete en los Campeonatos Autonómicos, tras vencer en los Campeonatos de Galicia de Fondo, Contrarreloj y Ciclocross. El éxito es mayor ya que Aser estaba estudiando Historia en la Universidad de Santiago de Compostela y compaginando de manera brillante una carrera universitaria muy exigente con el ciclismo.
En el verano del 2010 tras un gran año fue stagiare en las filas del Xacobeo Galicia, equipo profesional gallego del momento liderado por Álvaro Pino y Blanco Villar. La desaparición del mismo y la esperanza frustrada de ser ciclista profesional no le hundió e inició una nueva aventura en el Superfroiz entre 2011 y 2014. Estos años fueron de consolidación en la carretera y de aprendizaje para ser un líder de equipo, abandonando su rol de gregario.
Fue precisamente lo que trató ser desde el 2015 en el Rías Baixas, un proyecto prometedor pero que terminó en fracaso, motivo por el cual abandonó la disciplina del conjunto verde. A pesar de las dificultades vividas y los problemas en 2016, la bicicleta siguió marcando su vida. Por ello, en 2017 trató de rehacerse, pasar página y volver a ser él mismo en un nuevo equipo, fichando por el Aluminios Cortizo-Anova, gracias al respaldo y confianza depositada en él por Blanco Villar, quien lo siguió desde el 2009 y lo ayudó en numerosas ocasiones. El fichaje por el conjunto azul era cuestión de tiempo, como afirmó Aser en varias ocasiones: «tanto Suso como yo sabíamos que acabaríamos en el mismo equipo tarde o temprano, el quiere que corra a sus órdenes y yo con él. Además, llego al equipo en el mejor momento, ya formado y consolidado como corredor completo» indicó Aser.
Este 2017 ha sido un gran año, siete victorias individuales, numerosos podios por todo el país, varios Top-10 y triunfos en las metas volantes y en el Gran Premio de la Montaña. Asimismo, ha vuelto a ser el mejor ciclista de Galicia en categoría Élite tras ganar el ranking y segundo en la Copa de Galicia de su categoría, prueba que lideró el tramo final de la temporada, pero una caída en la última carrera, le privó del triunfo final en esta competición y de una victoria más en su palmarés.
“La temporada este 2017 fue muy buena, mucho mejor que la del 2016. Conseguí reencontrarme con la victoria en grandes pruebas tras un año muy difícil, en especial, lograr otro doblete en los Campeonatos de Galicia de Fondo y Contrarreloj, repitiendo el éxito del 2008, 2009, 2010, 2011 y 2015. Logré subir al podio en muchas ocasiones, tanto en clasificaciones generales como en vueltas por etapas, caso de la Vuelta Ciclista a Ávila, algo que no lograba desde el 2009” relató el guardés.
“De los 17 años que llevo compitiendo de manera continua, ninguno fue como este. No me refiero a triunfos y victorias, fue un buen año, pero los hubo mejores. Pero fue la primera vez que de verdad iba a correr contento y respaldado por el equipo, y por supuesto, por mi familia. El Cortizo-Anova y todos sus miembros siempre me trataron muy bien y como a un hijo, por ello nunca me faltó de nada y me apoyaron en cada carrera como si fuera la última. Si eres feliz y estás a gusto, no se puede pedir mucho más. Por este motivo no pensé un segundo en cambiar de aires y fichar en otro equipo, a pesar de que tuve numerosas ofertas. Estoy en un equipo grande y en el futuro lo será más. Es el único equipo de Galicia que tiene todas las categorías, forma corredores y posee un gran equipo en la máxima categoría. Sin duda, es el mejor para pedalear” concluyó el ciclista.