Como todos los años, Manolo cultiva en su finca de Piñeiro, Tomiño, patatas, maíz o berzas, que luego recoge bien sea para su propio consumo o el de los animales que cuida, como gallinas o cerdos.
Como siempre, en el mes de enero compra las semillas en el mercadillo de Tomiño, que luego siembra en la finca al lado de su casa. «Le ponemos un poco de estiércol y le echamos agua, nada más, pero esta vez ha salido una berza en medio de las otras muy rara que no he visto en mi vida», comenta el agricultor al lado de la extraña col que ha llamado la atención de cuantos por allí pasan y la ven.
La descubrieron a finales de enero y se llevaron una sorpresa. «La vinos un día y dijimos, que berza más rara, y la cuidamos con mucho cariño para que no se estropeara», señala Manolo contemplando el curioso ejemplar.
La berza tiene forma como de vela náutica, mide 1.30 metros de alto y unos 50 cm de ancho. En los laterales le están saliendo más hojas y en la cresta ya se pueden ver las típicas flores amarillas de esta planta.
«Le pusimos unas estacas de caña de bambú para sujetarla y protegerla de las inclemencias meteorológicas para que no se rompiera, pero la borrasca Martinho le pasó factura y le hizo una fisura en medio», afirma Manolo.
Piensan sacar las semillas para plantar más para la próxima cosecha, mientras que con esta rara berza «la queremos guardar como recuerdo», finaliza.