Daniel Canela es el educador de perros de la protectora Bai.Senpulgas de Gondomar. Su trabajo consiste en reeducar a los perros abandonados que llegan a la protectora para que puedan empezar una nueva vida con otros dueños.
“Cuando los perros llegan a la protectora, lo hacen con trastornos diferentes. Al principio son desconfiados y no comen, pero con el paso del tiempo se van adaptando. Muchos llegan agresivos y otros con el problema de haber perdido la confianza en el ser humano y debemos trabajar para devolvérsela” explica el educador.
Para que una familia adopte a un perro, primero tienen que reeducarlo. “No es lo mismo que alguien llegue aquí y se encuentre con un perro excitado que a un animal ya rehabilitado y estable. Es más fácil la adopción” relata Canela. Pero la rehabilitación no es tan sencilla. Según Daniel, hay que perros que se pueden educar en una tarde y otros que llevan meses. “Depende del trastorno que tengan”.
El educador achaca el abandono de perros a que la gente “no sabe nada de ellos. No siempre el perro que más le gusta a las personas es el más adecuado. Es cuando se elige al can donde empieza el problema. La gente lo elige por su físico, pero lo más importante es el gen con el que nace el perro. Hay que buscar el animal que conecte bien con el dueño. Allí es donde la gente fracasa para empezar, por eso hay tantos abandonos. También hay muchos que adoptan perros y los devuelven”.
No siempre el darle cariño al perro es lo más adecuado. “Si le das cariño a un perro como se lo darías a un ser humano, vas a fracasar. Si le riñes y le echas la bronca como lo harías con un niño también. Si fuera tan fácil educar a un perro sólo dándole cariño yo no tendría trabajo” manifiesta Daniel quien concluye con que “el cariño es importante, pero un perro es de las últimas cosas que necesita. Es más importante el ejercicio físico y mental, el orden y la disciplina”.