ALFREDO

El ritual centenario se cumplió de nuevo. Un año más, miles de personas llegadas de diferentes puntos del país, y hasta del extranjero, se apoderaron este domingo del Monte Santa Trega de A Guarda, en el día grande de las Fiestas del Monte.

Los devotos inician a primera hora de la mañana la ancestral romería al monte. La Alameda de la villa marinera sirve de punto de encuentro para que las diferentes bandas, con sus coloridos trajes y banderas, se reúnan para comenzar la subida al Trega cargados con bombos, vino y ganas de fiesta.

Tras la comida campestre en plena naturaleza comienza la “troulada”. Los allí presentes se encargan de manchar con vino a la gente con todos los utensilios posibles, desde pistolas de agua hasta sulfatadoras.

Mientras retumban los tambores los miembros de las bandas juran por alguna persona en especial, o bien porque se encuentre en la mar, por alguna mujer embarazada o por alguien que haya fallecido.

Sobre las siete de la tarde las bandas comenzaron a bajar al Montiño, donde la fiesta continuó hasta las nueve de la noche para prolongarse después por las calles de la villa donde cientos de personas los esperaban con sus cámaras y móviles para fotografiarlos.

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