ALFREDO

Nadie podía pensar en el mes de junio cuando el PSOE y el BNG formaron el bipartito para llevar las riendas del concello de A Guarda, que cuatro meses después ese matrimonio se rompería por la calle Concepción Arenal.

Tras la renuncia de sus dedicaciones y sueldos presentadas este lunes por los cinco ediles nacionalistas, esta mañana sus ya ex socios de gobierno comparecieron en rueda de prensa para asegurar que seguirán trabajando e intentando llegar a acuerdos puntuales «falando con todos os grupos da corporación».

El BNG renunció «polas continuas inxerencias do alcalde más nosas áreas» y el alcalde no solo niega esa intromisión sino que les acusa de «deslealtade». De ahí que se acusen mutuamente de romper el pacto de gobierno. El alcalde Antonio Lomba, aseguró que la decisión de reabrir de nuevo esos cincuenta metros de la calle Concepción Arenal al tráfico se había tomado incluso antes de firmar el pacto de gobierno y que se vinculó al acuerdo amparándolo en el Plan de Mobilidade que, según el regidor, ya preveía mantener la vía como acceso principal al puerto.

En las reuniones de la comisión de seguimiento del pacto celebradas en julio, señaló que «matizouse que será unha rúa de preferencia peonil nos lugares onde os peóns convivan cos vehículos, que se habilitaba un sentido único de circulación entre as rústico Galicia e Tomiño así como o acceso dende as de Ourense e Manuel Álvarez».

El regidor dice que desde la última reunión, el 24 de julio, entendían que estaban completamente solucionadas las discrepancias de los dos partidos sobre el funcionamiento de Concepción Arenal. Se dieron cuenta de que no era así, sostiene, cuando el BNG colocó a finales de ese mismo mes de julio una señalización «que non se correspondía co acordado e que, en vez de regular o tráfico, o que facía era prohibir a circulación nun importante tramo transformándoa en peonil».

Entonces comenzó la agonía del pacto pero no transcendió hasta que los comerciantes se plantaron contra la peatonalización alegando «pérdidas millonarias». Las discrepancias se trasladaron desde entonces a la prensa hasta el pleno extraordinario en el que ya se daba un ultimátum. El BNG emplazó a Lomba a que los cesara si seguía con la intención de abrir la calle y el alcalde la abrió sin cesarlos «polo interés público». El PSOE se da ahora un plazo de una semana para reestructurar las delegaciones y comisiones.