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A Sangriña continúa contemplando victorias locales en 2022. Aunque esta vez estuvo a punto de ser diferente. Pero el gen competitivo del Mecalia Atlético Guardés le permite sobreponerse a casi todo. Así, en unos 20 minutos sobresalientes, las jugadoras locales pasaron de padecer cuatro goles en contra a tenerlos a favor frente a un Elche muy guerrero, que puso las cosas realmente difíciles al equipo de O Baixo Miño.

Y eso  que el inicio de partido fue notable por parte de las pupilas de Abel González, de nuevo en el rol de primer entrenador en ausencia de José Ignacio Prades. Un 6-2 de salida, con Gabriela Pessoa en modo cohete, despegó al conjunto de negro y amarillo.

Poco a poco, el colectivo ilicitano reaccionó. A base de subir el nivel defensivo y de la producción de Nicole Morales en la portería, la escuadra franjiverde fue recortando sin prisa, pero sin pausa. Así, hasta quedarse a un solo tanto (12-11) cuando el bocinazo del marcador electrónico de A Sangriña decretó el fin del primer tiempo.

A la vuelta del vestuario, la tendencia no solo se mantuvo, sino que se acentuó. La formación que dirige Joaquín Rocamora devolvió el parcial de salida al Guardés. Con un 2-7, adquirió cuatro tantos de ventaja, que fue capaz de sostener en el tiempo. Las cosas se ponían muy cuesta arriba.

Aun así, pese al 15-19 que reflejaba el marcador en el minuto 9 de la segunda parte, nada está decidido cuando la escuadra miñota juega delante de su gente. El conjunto de negro y amarillo se puso manos a la obra en defensa. Y con ese alto nivel del 6:0, emergió Carratú con varias paradas de mérito, incluido un penalti a su gran amiga y excapitana del equipo miñoto, África Sempere. De ese modo, las locales dejaron sin anotar a las visitantes durante la friolera de 13 minutos.

Restaba afinar en la otra portería. Y fue Patrícia Lima, también magnífica atrás, la que asumió la responsabilidad ofensiva. El talento de la central portuguesa emergió para dirigir a la perfección los ataques y destacar en una faceta en la que no se suele prodigar demasiado: la anotadora. Cinco goles firmó la de Matosinhos, los mismos que su compatriota Sandra Santiago. Ambas lusas apoyaron con creces las ocho dianas de la brasileña Pessoa. El ataque local habló portugués.

De ese modo, los cuatro goles en contra pasaron a ser a favor. Y en unos minutos finales algo alocados, con bastantes pérdidas en ambas áreas, el triunfo se quedó en A Sangriña y con él dos puntos muy valiosos en la lucha por la zona noble de la clasificación. El recinto guardés continúa invicto en 2022, con seis victorias locales en otros tantos encuentros.