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Al Mecalia Atlético Guardés ya es campeón de la liga regular. Las de Ana Seabra hicieron lo imposible este sábado venciendo al Costa del Sol Málaga en A Sangriña, su principal rival por el liderato, en un partido igualadísimo que se decidió en unos minutos finales de infarto en los que el Guardés supo remontar cuatro goles de ventaja.

Con esta victoria el Mecalia se asegura matemáticamente terminar la liga regular en primer puesto, al sacar seis puntos de ventaja al equipo andaluz, que ya solo tendrá ocasión de igualar en los partidos que le restan, ya que el goaverage en su contra siempre lo mantendrá por debajo del Guardés. Un auténtico hito en la historia del equipo que además supone la ventaja de jugar los duelos de vuelta como anfitrión en el próximo play-off de mayo, así como la codiciada plaza en la liga europea el próximo curso.

Elena Amores fue la encargada de abrir el marcador, aprovechando un rechace en la primera jugada ofensiva del Guardés. A las locales todavía les dio tiempo de encajar dos más en la red de Merche Castellanos antes de que el Málaga anotase su primer gol, que no llegó hasta el minuto tres (3-1). A las de Suso Gallardo parecía estar costándoles entrar en el juego en estos primeros minutos, mientras que el equipo anfitrión ofrecía un juego impecable, con una defensa férrea tanto en la línea del área como a cargo de Míriam Sempere bajo palos, así como un ataque muy decidido e incisivo.

Pasado el primer parcial, sin embargo, la cosa parecía ir balanceándose. En los minutos siguientes el Málaga se sacó de la manga un 0-3 con el que consiguió empatar el encuentro, coronado por un acierto de Gabriela Botolo desde los siete metros que las puso por delante por primera vez en todo el encuentro (4-5, min. 10).

En aquel momento las de Ana Seabra acumulaban casi seis minutos sin marcar, aunque pronto pudieron reaccionar y valerse de varias exclusiones de su rival para seguir el ritmo. No dejaron al equipo malagueño escaparse y supieron contrarrestar la defensa tan agresiva que estaban ofreciendo. A pesar de que las pérdidas de balón eran frecuentes en ambos bandos, el goteo de goles se detuvo y la diferencia se quedó estancada en el mínimo, aunque Ichi Martínez amenazó con dar más aire a las suyas marcando el 9-7 en el minuto 16.

Sin embargo, la segunda mitad de esta primera parte parecía apuntar a una dinámica muy similar. El juego de ambos equipos seguía muy igualado, las andaluzas pronto recuperaron las tablas y a falta de cinco minutos para el descanso, la lucha en el marcador volvía a empezar de cero (10-10, min. 25). La igualdad era máxima. Sólo hubo dos goles más antes del pitido que marcaba la salida a los vestuarios, uno por cada banda, de manera que todo se reiniciaría para la segunda mitad del encuentro (11-11, min. 30).

El Málaga volvió del descanso decidido a tomar las riendas del juego por fin, y así lo demostró una atentísima Marta López que encadenó dos tantos seguidos nada más reiniciarse el encuentro. En cambio, se topó de frente con un Guardés con las mismas intenciones, ya que María Palomo primero y Sancha después completaron una serie de contragolpes que volvieron a poner a las suyas por delante (14-13, min. 35).

El nivel de juego en ambos equipos estaba emparejado al extremo. Lo compacto de ambas defensas obligaba a extremar el riesgo en los lanzamientos, generando numerosas pérdidas de balón en ambas bandas (hasta este momento ya eran más de diez por parte tanto de las locales como de las visitantes). Los goles seguían llegando al mismo ritmo reducido, pero el equipo visitante comenzaba a encontrar algo más de hueco, valiéndose del impecable trabajo de una Merche Castellanos que no dejaba que absolutamente ningún gol se colase bajo sus palos, llegando a acumular 15 paradas en todo el partido. Tanto así que un acierto de Isa Medeiros desde la línea de penalti dejó a las suyas con una ventaja de tres aciertos por primera vez en todo el encuentro (16-19, min. 47).

El Guardés trataba de responder, y Estela Carrera aportaba lo que podía desde la portería local, llegando a sumar otras 7 paradas por su cuenta, vitales para lo ajustado del marcador. Pero el Málaga ya había encontrado ese extra de comodidad que le permitía mandar en el resultado, y mantuvo la renta de entre tres y dos tantos hasta los cinco minutos finales (17-20, min. 54).

Pero entonces se avivó el sueño en A Sangriña. En los minutos siguientes el Guardés consiguió reducir la distancia al mínimo y todas las gradas de O Inferno coreaban ‘sí se puede’ buscando dar a las suyas el empujón extra para conseguir dar la sorpresa. Las de Ana Seabra estaban encontrando la maestría que necesitaban a base de demostrar la perseverancia que tanto las había caracterizado durante toda la temporada.

Sin embargo, el Málaga volvió a sacar músculo. En pocos minutos recuperó la renta de tres goles, y con sólo dos para el final, parecía todo perdido en A Sangriña (19-22, min. 58). Pero en el Guardés no pensaban lo mismo. A partir de entonces fue el acabose en el 40×20, con un minuto y medio final que se desarrolló de la siguiente manera: una exclusión a Isa Medeiros en el minuto 58 por protestar ante el colegiado, sumada a una roja directa a Rocío Campigli inmediatamente después, tras golpear sin querer en la cara a Blazka Hauptman en pleno lanzamiento, dejaron al equipo andaluz en una inferioridad numérica ya muy peligrosa ante un rival que amenazaba con ir a cometer la locura.

Pero todavía fue a más. Pali Fernández acertó entonces el lanzamiento desde los siete metros correspondiente, y comenzaba así la misión imposible en el Guardés. Las jugadoras del Mecalia, sin nada más que perder, incrementaron la presión al máximo y se convirtieron en apéndices de los pocos efectivos que le quedaban al Málaga sobre pista. Suso Gallardo llamó al tiempo muerto para tratar de frenar el aluvión local, pero de nada sirvió, ya que Elena Amores transformó la superioridad de las suyas nada más reanudarse el encuentro.

Fue entonces cuando llegó el colofón, ya que el técnico del equipo visitante fue también excluido con dos minutos por decisión de los colegiados, lo que se tradujo en una jugadora menos aún para el conjunto andaluz. Solamente tres efectivos y una portera podrían defender la renta de dos goles en el minuto final, y el pabellón de A Sangriña estalló en ánimos para que las de Ana Seabra consiguiesen lo imposible.

Y así fue. La presión guardesa dio sus frutos y las malagueñas no pudieron mantener ni un solo balón en su posesión. Estela Carrera frenó sus pretensiones en el momento preciso y de nuevo Elena Amores logró llegar a la red de Merche Castellanos, que no consiguió frenar ninguna de estas crecidas finales. Tampoco lo hizo con África Sempere, decidida a firmar el gol de la victoria en el ultimísimo segundo, y a coronar así un impresionante e increíble parcial de 4-0 a favor de las suyas en los 95 segundos finales del encuentro.

Para incredulidad de ellas mismas y de un Inferno de A Sangriña pletórico, el Guardés firmaba así su vigésimo primera victoria de la temporada, pero que en este caso valía doble: con el triunfo sacaba seis puntos de ventaja al Costa del Sol Málaga, segundo clasificado, que ya no podría superar en los únicos tres partidos que le restan de liga regular.

Ganando el goaverage a su rival, el Mecalia se aseguraba así matemáticamente el primer puesto en la liga regular, un premio a una estabilidad casi perfecta a lo largo de todo el año que se traducía en la calidad de anfitrión en los partidos de vuelta del play-off por el título del mes de mayo y, más importante, una plaza reservada en la EHF European League el próximo curso. No caben más que felicitaciones para un equipo que lleva desde el mes de agosto demostrando ser capaz de lo imposible.

Crónica: Elena García

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