El próximo, 8 de octubre, se cumplen 430 años del fallido ataque del pirata inglés Francis Drake a la fortaleza de Monterreal. Baiona pasaría a los anales de la historia como el único lugar que se le resistió al temido corsario.
Por aquel entonces, la reina Isabel I de Inglaterra sospechaba que el rey de España, Felipe II, estaba creando una gran flota de navíos (la futura Armada Invencible). Isabel I envía a Francis Drake para conocer de primera mano las intenciones del monarca español. El pirata informa a la reina de un posible ataque y ésta le concede una flota de 30 naves con 1.500 hombres. Drake sediento de nuevos éxitos para la corona inglesa advierte a la reina de un lugar estratégico para el rey Felipe II, Baiona, un lugar que el monarca llegó a llamar “las llaves de mi reino”. Con la intención de saquear la villa el corsario fondea en Cíes, pertenecientes a Baiona en aquella época, con los 30 navíos y los 1.500 hombres. Por aquel entonces Baiona, tenía una gran importancia para la corona, pues era puerto de ralengo. Drake, consciente de la transcendencia de la localidad, anhela su conquista pues sería uno de los mejores trofeos para ofrecerle a Isabel I. En el atardecer del día 7 de octubre de 1585 el corsario arriba a la playa de Santa Marta con su flota. Ante esta amenaza el entonces Conde de Gondomar, Diego Sarmiento de Acuña, había conseguido refuerzos, y en Baiona llegarán a acumularse 5000 hombres armados, entre soldados y vecinos del extrarradio de la fortaleza.Además de 200 caballos para intentar repeler el inminente ataque de la flota del pirata.
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Al día siguiente, 8 de octubre de 1585, Francis Drake se percata que la fortaleza de Monterreal y los baioneses están preparados para la embestida por lo que aborta su plan de atacar la Villa. Ni siquiera llegan a trasladares hasta los aledaños de la fortaleza sino que se quedan en la playa de Santa Marta al enterarse de la masiva respuesta de la población baionesa que heroica se prepara para el ataque.
Ante esto, antes de zarpar con su armada hacia las Islas Cíes, el corsario, frustrado por la fallida embestida, arrasa y quema la Ermita de Santa Marta, una de las joyas románicas de la localidad. La Capilla, de finales del siglo XIII, quedará totalmente destruida hasta que en 1855 será restaurada con el esfuerzo de los vecinos del municipio, quienes de su estilo románico de transición sólo pudieron mantener la puerta Sur, de arco semicircular y tímpano liso.
El fracaso de la conquista de la fortaleza de Monterreal será el primer gran descalabro para el pirata Drake. Gracias a la valentía del pueblo baionés no se derramó ni una sola gota de sangre pues no hubo ni uso de armas ni víctimas.
Tras esto, el temido corsario con sed de venganza se dirige hacia la ría de Vigo en un intento desesperado por no volverse a su país con las manos vacías. Pero Drake se vuelve a encontrar con la resistencia de los baioneses que demandados por el Conde de Gondomar se dirigen de forma masiva a Vigo a ayudar a sus vecinos apoyando a los soldados de Salvatierra. Con algunos hombres desembarcados ya en el Monte de la Guía Drake se retira con sus tropas ahuyentados ante los desplazados a la ciudad olívica.
Dos rotundos fracasos sufridos por el pirata más temido de su tiempo, Drake, que quedarán grabados a fuego en su mente hasta que el 29de julio de 1589, cuatro años después de las derrotas, le llevan nuevamente a atacar Vigo con una flota todavía mayor, 200 navíos y 7000 hombres, arrasando la población de la ciudad, que en estos cuatro años se había duplicado, y solo era superada en población por la Villa de Baiona. En este ataque perecieron más de 500 personas y 570 casas fueron arrasadas. En esta ocasión los baioneses no pudieron acudir a auxiliar a los vigueses.
Francis Drake ha pasado a la historia universal como uno de los piratas más sanguinarios del siglo XVI, se le atribuye el ataque a Cádiz en 1587, la derrota de la Armada Invencible y el fallido ataque a La Coruña de 1589, entre otras muchas. Pero lo que pocos saben es que la fortaleza de Monterreal fue la primera ofensiva frustrada de su trayectoria.