ALFREDO

Comenzó con la Catedral de Santiago de Compostela y no hay quien lo pare. El rosaleiro Praxíteles González, el rey de las maquetas de O Baixo Miño, suma ahora una nueva obra de arte a su larga creación de monumentos en miniatura, el Taj Mahal.

Sus manos ya han creado catedrales como la de Santiago, Notre Dame, Florencia y Milán, y hasta se ha atrevido con el espectacular Capitolio de Estados Unidos y la Iglesia Mayor de Ulm (Ulmer Münster), que se caracteriza por ser la iglesia más alta del mundo.

En marzo del pasado año puso la primera «piedra» de su última maqueta, el Taj Mahal. El garaje de su casa era su taller particular. Allí pasaba horas y horas de lunes a domingo, pero después de un año y dos meses de duro y «paciente» trabajo, ya se puede admirar el prototipo del monumento que en 1983 fue reconocido por la Unesco como Patrimonio de la Humanidad por ser la joya del arte musulmán en la India.

«Para min foi un desafío para culminar as miñas aspiracións. A miña muller dime que o deixe, que se non durmo no cabanón, aínda que xa estiven a ver para facer a Sagrada Familia de Barcelona», indica el maquetista.

La maqueta rectangular, a escala 1:100, tiene unas medidas de 125 centímetros de largo, otros tanto de ancho y poco más de un metro de alto, cuenta con cuatro puertas centrales donde están escritos versículos del Corán, 24 puertas secundarias, cuatro minaretes (torres) donde rezan y una enorme cúpula central y cuatro más pequeñas.

«Usei moita madeira de piñeiro, pintura branca e centos de boliñas que comprei no chino e que imitan as pedras preciosas que decoran todo o inmoble. Teño que dar as grazas ao carpinteiro que me torneou as torres. Non sei se haberá seguinte, posiblemente esta sexa a miña última maqueta», explica Praxíteles.