Personas trabajadoras, autónomas, empresas y vecinos del territorio del Río Miño están sufriendo un doble impacto en sus vidas: el de la COVID y el del cierre de la frontera con Portugal. Detrás de las pérdidas económicas, de los rodeos de cientos de kilómetros para ir a trabajar, y de los gastos en combustible y de tiempo hay historias personales que son ejemplo de lo que acontece a más de 6.000 afectados, y el AECT Río Miño quiere darles voz, por lo que va a lanzar un documental, ‘Confinados no Río Miño’, que se estrenará en las próximas semanas y del que ya está circulando un tráiler.

Esta iniciativa, según explica el vicedirector Uxío Benítez, pretende visibilizar y poner cara y nombre y apellidos a las diferentes particularidades por solo haber un paso abierto en la raya 24 horas. “Detrás disto hai persoas, seres humanos, hai vidas, hai realidades vitais que deben ser coñecidas, e que exemplifican o desafortunada que foi a decisión de fechar as fronteiras”, insiste Benítez, explicando que la intención es llegar con la pieza audiovisual al mayor número de gente y a las autoridades gallegas, estatales y también de la Comisión Europea –por lo que además de utilizar el gallego y portugués también se subtitulará en inglés.

El documental “Confinados no Río Miño”, producido por el AECT fue elaborado por el director, realizador, guionista y actor Suso Pando. Tiene una duración de alrededor de una hora y, con imágenes del territorio transfronterizo, recoge testimonios directos de personas que vivieron el impacto del cierre de la frontera en el primer confinamiento.

Con una visión económica e institucional de cómo se reivindicó la apertura de los pasos, insistiendo en que lo del Miño es un territorio muy dinámico económicamente, con una interdependencia muy grande entre ambas orillas del río, y con una frontera que supone el 5% del total de kilómetros entre España y Portugal pero que asume el 50% del tráfico de vehículos.

Noelia Salgueiro, vecina de Valença y trabajadora en Tui, es una de las personas en las que se ejemplifica la situación y explica que durante el primer confinamiento y cierre de frontera tuvo que marchar de su residencia habitual, volver a la parte española con su hijo más pequeño, e instalarse en la casa de sus padres durante mes y medio porque por problemas administrativos no le permitían pasar el control fronterizo. “Españois e portugueses estamos todos mezclados, involucrados. Non saben as autoridades como se vive nesta zona”, criticó.

Otro de los casos narrados es el de la peluquera Cecilia Puga, que vive en Arbo y tiene su salón en Melgaço, hasta donde diariamente recorre apenas 8 kilómetros que se convirtieron en cientos al tener que pasar por el paso de Tui obligatoriamente durante el ‘encerramiento’. “Só pido que me deixen traballar. Que os traballadores poidan pasar polos pasos habituais. Que poñan medios, porque se eu soubera isto nunca tería montado o meu negocio do outro lado”, explica.

Finalmente, Andreia Costa, vecina de Ponte de Lima y trabajadora en Tomiño, expone que la interdependencia de ambas riberas es muy grande y que “o tecido económico que existe nestas vilas da raia queda destruido” con el cierre de la frontera.

El documental será presentado oficialmente de manera presencial en el territorio del Miño en cuanto se alivien las restricciones de la pandemia y los cierres fronterizos.