Los pirómanos se ceban con los contenedores en A Guarda. En los últimos cinco años, el fuego calcinó cerca de 50 contenedores generando un gasto a las arcas municipales que podrían rondar los 50.000 euros y que terminan pagando todos los vecinos.
El último caso ocurrió a las cinco de la madrugada de este martes. Dos contenedores de vidrio quedaban completamente calcinados en la carretera de la Circunvalación, en el mismo punto donde hace tan sólo unas semanas el fuego devoraba un contenedor de vidrio, otro de papel y un tercero de aceite. La rápida actuación del GES de A Guarda evitó que el fuego se propagara al resto de los depósitos.
La oleada de incendios comenzó en junio de 2019. Ese mes se quemaron tres contenedores, uno de orgánico en la calle Pacífico Rodríguez (Somascos), y dos en la calle Brasil, uno de cartón y otro de orgánico.
Sin duda alguna el peor año fue en el 2020. Las llamas devoraron 14 contenedores en incendios intencionados y todos de madrugada. El 3 de enero, recién estrenado el año, los pirómanos comenzaban la campaña bélica incendiaria en la calle Pacífico Rodríguez, donde se quemó un contenedor amarillo.
El Día de Reyes, 6 de enero, le tocó el turno a otro contenedor amarillo en la calle Lugo, y un día después, las llamas devoraron cinco recipientes situados, otra vez, en la calle Pacífico Rodríguez.
En febrero del mismo año, las llamas devoraron tres recipientes, dos de orgánico y uno de envases, una vez más en la calle Pacífico Rodríguez. En marzo, dos contenedores, uno de vidrio y otro de orgánico, en la calle Donantes de Sangre, y en junio fueron dos los contenedores calcinados, uno de vidrio y otro de cartón, en la calle Sete Camiños.
En julio de 2021 fueron seis depósitos los que se quemaron en dos puntos distintos de A Guarda y a la misma hora. Los dos incendios se registraron en la subida al Castro y al inicio de la carretera al Castro. El fuego devoró cuatro contenedores de orgánicos, uno de vidrio y otro de papel.
El año 2022 no pasó desapercibido para los incendiarios. El año comenzaba con un incendio en la calle Coruña donde dos contenedores, uno de papel y otro de vidrio, quedaban calcinados. En agosto de ese mismo año, en la calle Transversal Coruto Vello, en Salcidos, las llamas devoraban dos depósitos, uno de orgánico y otro de vidrio.
Ya en enero de 2023, cinco contenedores ardían en tres puntos distintos de la villa. En la Rúa Enrique María Sexto, quedaban completamente calcinados un recipiente de papel y cartón y otros dos de plástico, otro contenedor de papel y cartón era devorado por las llamas en la Rúa Coruña y pocos minutos después, en la Rúa Tui, el fuego consumía otro colector de papel y cartón.
En septiembre de 2024, los pirómanos atacaban de nuevo. En la carretera de circunvalación de A Guarda, en el lugar conocido como A Catanga, 4 contenedores, dos de residuos (verdes), uno de envases (amarillo) y uno de cartón (azul), ardían a plena luz del día.
El día del apagón ibérico, 28 de abril, los pirómanos aprovecharon la coyuntura para quemar varios contenedores en la calle Tranversal Candeira y en el Pirúm (calle A Cal).
«La cosa se agravó desde que está gobernando el Partido Popular en A Guarda. Es una forma de terrorismo y vandalismo urbano, de grupos radicales que pretenden desestabilizar al Gobierno municipal», indicó el alcalde, Roberto Carrero.
