El vecindario de Oia dio este fin de semana, un caluroso y afectuoso homenaje a Don Antonio Estévez, quien acaba de retirarse como párroco de Burgueira y Loureza después de 60 años ejerciendo estas funciones.

Un total de 260 personas asistieron una comida-homenaje celebrada el domingo en el recinto de la Casa de la Sociedad de Burgueira y que sirvió de despedida a Don Antonio, quien se retira a los 86 años de edad. En 1964 llegaba a Loureza recién nominado párroco y posteriormente trasladaba su domicilio a Burgueira, donde reside actualmente. A largo de las 6 décadas en las que desarrolló labor pastoral en las dos parroquias, el sacerdote destacó por su dedicación, humanidad y por la ayuda desinteresada que siempre prestó a quién más lo necesitaba.

En el transcurso del acto, Don Antonio dedicó hermosas palabras a todos los vecinos con los que ha compartido su día a día a lo largo de los años. “Non sabedes o feliz que son. A miña vida foi sempre un rosario, en xeral, de boas cousas. Pero sobre todo tres: a miña familia, as miñas parroquias e os meus amigos”, manifestaba durante a súa intervención, que concluía cun emocionado “dígovos que vos quero a morte”.

Por su parte, la alcaldesa de Oia, Cristina Correa, trasladó un mensaje de agradecimiento y admiración a “un home excepcional, cuxa humildade e xenerosidade estiveron presentes na nosa comunidade durante os últimos 60 anos” y que fue “amigo, guía y pilar fundamental de las comunidades de Loureza y Burgueira”. En esta nueva etapa que se abre ahora, Correa le deseó paz, alegría y mucha salud, “amigo, guía e pilar fundamental das comunidades de Loureza e Burgueira”.

La celebración, que incluyó un almuerzo popular, estuvo amenizada por el cantante Antonio Barrios y contó con momentos de especial emotividad. Entre ellos la dedicatoria del tema musical de Nino Bravo “Un beso y una flor”, que las personas asistentes le quisieron cantar a propio homenajeado por ser su canción favorita.

Asimismo, Don Antonio recibió una placa conmemorativa, que fue entregada por el Concello de Oia y las comunidades de montes de Burgueira y Loureza. Como muestra de agradecimiento y signo de admiración, el homenajeado también fue agasajado con un cáliz.