La Gamela es una embarcación tradicional de pesca que se usaba en la costa gallega. Está construida prácticamente en su totalidad en madera de pino, y, antiguamente, era impulsada a remo o a vela hasta la llegada del motor.
Con la aparición de las planeadoras, embarcaciones de pequeño tamaño con motor fueraborda y más ligeras, las gamelas quedarían en un segundo plano y prácticamente en desuso. Hoy en día es muy difícil encontrarlas faenando por nuestra costa.
Agustín Alonso es de A Guarda y tiene 93 anos. Nació con una caña, un buxeiro y con la raña en la mano. Tras el fallecimiento de su padre, con ochos años ya salía a navegar con sus abuelos «porque era o irmán maior e tiña que levar o sustento para a casa. Andabamos á sardiña, o congro, á faneca e á lagosta, que por entón había moita. Tiña que compaxinar os estudos no colexio co traballo», recuerda el viejo lobo de mar.
Él es uno de los tantos marineros que faenaban en la costa de A Guarda, O Rosal y Oia con una gamela. «Nos anos 60 fun traballar para o empresa Mar de Vigo e máis tarde embarqueime na mariña mercante de jefe de máquinas ata que me xubilei en 1992», afirma.
Ahora, él y su hijo Jairo están recuperando esas embarcaciones que fueron un símbolo de la pesca gallega. «O meu pai ensinoume a navegar. Recordo que con 16 anos embarqueime con el a faenar nun atunero conxelador. Era verán e quería comprarme un Vespino. Foi a única campaña que fixen en alta mar, logo estudei electricidade», apunta el guardés residente en Oia de 51 años.
En el año 2000 compró una gamela de nombre Cielo para ir al río a pescar en la campaña de la lamprea, sable y angula. Combinaba el oficio de marinero con el de electricista. «Botei así 14 anos ata que deixei o de mariñeiro». Ahora, la nostalgia «puido comigo e díxenlle ao meu pai que me fixese unha vela tradicional das que usaba unha gamela para tela de recordo, porque el sabe facelas», manifiesta.
Jairo empezó la casa por el tejado. Tenía la vela pero le faltaba la embarcación. Un día vio un anuncio de una gamela Coruxeira que vendían en Coruxo por 150 euros y la compró. «Só era o casco e repareina. O meu pai viuna e fíxome duas velas máis. Fainas de cáñamo e de tea de algodón que compramos no mercado en Portugal», indica.
Agustín echa un mes para hacer una vela y las hace en sus ratos libres. «As costuras lévoas ao zapateiro para que mas cosa, non é tan fácil como parece, leva moito traballo facer unha vela», afirma el veterano marinero que ya le hizo ocho a su hijo.
Existen dos tipos de estas embarcaciones, la Coruxeira y la Guardesa. Jairo ya recuperó una gamela de cada tipo. «As uso moito pero só para pasear coa familia», reconoce. Apunta que en A Guarda hay tres gamelas guardesas preparadas a vela, «unha tena o Piueiro, logo está a Minxos e outra a Insuiña, eles foron os que empezaron a darlle un pouco de valor ás embarcacións tradicionais», explica.
Confía que haya más gente que se anime a recuperar estas embarcaciones tradicionales «porque na Guarda hai moitas gamelas gardadas en garaxes», finaliza.