ALFREDO

Tres años lleva un grupo de doce vecinos de A Guarda cultivando un huerto comunal y ecológico de la Comunidad de Montes de Camposancos en el Monte Santa Trega.

Todo comenzó hace cuatro años con un proyecto de la Asociación Avelaiña y la Comunidad de Montes de Camposancos, que cedió los terrenos para la huerta, con el objetivo de integrar a los alumnos en el mundo del trabajo y al mismo tiempo, que aprendieran a cultivar los productos que después consumirían.

Pero tras la finalización del programa, y para que todo ese trabajo que comenzaron los alumnos de Avelaiña no se perdiera y quitarle provecho, un grupo de doce personas amantes de la naturaleza, se pusieron manos a la obra para continuar con su labor y con el objetivo de crear un huerto comunal y ecológico.

Diariamente nos rotamos para regar. Nos reunimos cada 15 días para hacer conjuntamente las tareas que hace falta en la huerta, como la preparación de abono ecológico, plantación, limpieza, acolchar los bancales, etc.”, explica Lucia Martínez, una “campesina” de la Comunidad de Montes de Camposancos.

El huerto está abierto a toda persona que quiera colaborar pero siempre manteniendo dos premisas: “La primera es trabajar en equipo. Somos una comunidad que cooperamos con el objetivo de cultivar el huerto. Y la segunda es que todos los productos que usamos son ecológicos”, manifiesta la ya experta granjera.

Además de ser un lugar libre de pesticidas o abonos artificiales, se llevan a cabo técnicas ecológicas, como la asociación y la rotación de cultivos, el uso de compost y otros abonos naturales, la lucha integrada para la eliminación de plagas y la plantación plantas amigas , es decir, “plantas que se ayudan unas a otras, (sinergia)”. “Actualmente estamos usando un preparado vegetal que es insecticida y fortalecedor (purín de ortiga) que nos hizo un compañero”, declara Lucia.

El huerto del Trega es como la frutería de un supermercado en medio del monte. “Plantamos tomates, lechugas, cebollas, zanahorias, berenjenas, pimientos, judías, fresas, berzas, frambuesas y hasta girasoles. También cultivamos plantas medicinales, como la salvia, la menta, el romero manzanillo e introducimos plantas adecuadas para ahuyentar las plagas, como la caléndula y orégano”, comenta la campesina, quien señala que todos los productos que cultivan se los llevan para casa.