El Concello de Nigrán ha estrenado en redes el último documental de la trilogía ‘Nigrán na Memoria’, el correspondiente a Rosalía González, representante de la última generación de redeiras de Panxón.
Anteriormente fue el de Rosa ‘de Malde’, única muiñeira de Camos en activo, y el de Esther Nande, la única campaneira del Val Miñor y a cargo de la iglesia de Santiago de Parada.
El corto, de 20 minutos de duración, será colgado a su vez en la web del Concello, creada en el 2021 con el objetivo de recuperar y preservar el pasado más reciente del municipio y, por otra parte, difundirlo.
El Concello trabaja ya en la grabación de nuevos cortos de personalidades del municipio que representan un oficio de antaño o tradición y está abierto a propuestas en el correo comunicacion@nigran.org
«Ao igual que temos un arquivo histórico de imaxes de Nigrán, agora estamos a documentar oficios, tradicións e costumes que están a desaparecer e que forman parte da nosa esencia«, explica el alcalde, Juan González, quien incide en que «é un traballo contrarreloxo para chegar a tempo a de recoller en primeira persoa os relatos sobre o patrimonio material e inmaterial do municipio».
En este sentido, el Concello ha estrenado también este año ‘A memoria da auga’, otro documental de relatos sobre la singular actividad muiñeira en la parroquia de Chandebrito, también disponible en la web del Concello.
Rosalía González, de 94 años, perteneciente a una gran familia marinera con ancestros que no conocieron los barcos a motor y representa a la última generación de redeiras de Panxón. “Empecei con 17 anos. Encantábame traballar na rede. Éramos só mulleres e íamos tamén a Baiona, Canido ou Saiáns, e todo andando”, indica mientras enumera los diferentes barcos y sus patrones o las diferentes artes de pesca que existían entonces y para que servían.
“Hoxe en día xa se ocupan os mesmos propietarios de atar as redes”, explica Rosalía, quien todavía recuerda “o grande que era a Praia de Panxón”, donde se sentaba a trabajar de 9:00 a 13:00 horas y de 15:00 a 19:00 horas y prácticamente todo el tiempo cantando. “Pasábamos moito frío e moito calor, era duro”, y esa dureza se multiplicaba con su marido en el Gran Sol durante meses y ella sola a cargo de los hijos. “Non estivo presente nos nacementos e cando chegaba a terra os críos lle escapaban porque non o coñecían”.
Rosalía tuvo que compaginar el trabajo de redeira con otros oficios, como mariscar longueirón y cadelucha en Panxón y croques en Lourido. “Despois da Guerra todo foi moi duro pero había moito peixe que nos salvou da fame, o comiamos á brasa porque nin para aceite tiñamos”, rememora.