ALFREDO // Cientos de devotos asisten cada año a las misas en honor a San Benito

La iglesia de Gondomar se quedó pequeña para recibir a los miles de devotos que cada año acuden hasta la villa condal para asistir a las misas que se sucedieron desde las siete de la mañana hasta bien entrada la noche.

Y es que San Benito, el santo milagreiro, no tiene rival en la ciencia. Es famoso por curar las verrugas y toda clase de enfermedades de la piel. Son miles los peregrinos que cada 11 de julio se acercan hasta Gondomar atraídos por su fama. Muchos se postran ante el altar después de haber recorrido a pie decenas de kilómetros desde los pueblos limítrofes.

Después de asistir a misa y de honrar a la centenaria imagen del santo, los devotos se dirigen a la sacristía donde entregan los donativos en especies, previamente ofrecidos, para recibir a cambio el agua y aceite bendecido, la pócima milagrosa que cura todas las enfermedades si se aplica con fe en las partes del cuerpo que estén heridas.