Una tromba de agua caída esta mañana, volvió a causar inundaciones en Viladesuso.
La crecida del río Seco inundó de nuevo, aunque esta vez no tanto, la estación de servicio de Viladesuso, en el municipio de Oia. El río presenta grandes piedras a lo largo de su cauce, por lo que el agua y el barro se desbordan cada vez que se producen fuertes lluvias.
Tras las últimas inundaciones, la Xunta canalizó el año pasado por 12.000 euros el río Seco para evitar que volviera a ocurrir. Los trabajos consistieron en la retirada de las rocas y en la colocación de un tubo de 1,2 metros de diámetro en paralelo al existente anteriormente que, según el departamento autonómico, aumenta la capacidad de evacuación. Ambas conducciones finalizan en una arqueta de reparto que las conecta con el colector de salida bajo la gasolinera.
Ya se perdió la cuenta de las veces que ocurrió algo similar en este punto, en el kilómetro 30 de la carretera PO-552. En esta ocasión el problema ha sido en la rejilla que protege de piedras y ramas el tubo de 1,2 metros de diámetro. El agua arrastró piedras y barro que impactaron en la rejilla y atascaron el tubo, lo que provocó que el río Seco se desbordara de nuevo. El Concello de Oia movilizó la maquinaria, y una excavadora logró retirar las piedras y el barro a tiempo, evitando el caos vivido en las anteriores ocasiones.
En el lugar también se personaron la alcaldesa de Oia, Cristina Correa, GES de A Guarda, y una patrulla de la Guardia Civil de Tráfico, que reguló el tráfico rodado mientras trabajaba la excavadora que ocupó uno de los carriles de circulación.