Con el paso del tiempo las tradiciones se van perdiendo poco a poco, no tanto en los pueblos como en las grandes ciudades. Antes, los vecinos se reunían para ayudarse en la recogida de la patata, la matanza del cerdo o para celebrar juegos tradicionales en fiestas populares, como las cucañas, el tiro de la cuerda o carreras de sacos en la Virgen de la Cela de Baredo.
También se fue perdiendo el antiguo Carnaval de Belesar, donde los lugareños recorrían las calles pueblo con tractores adornados con flores. Los niños iban disfrazados por las casas de los vecinos para felicitar San Carnal y, a cambio, recibían postres típicos de estas fiestas, como las “orellas” o las “filloas de entrodio”.
Paula Fernández es una vecina de Belesar que quiso recuperar esta fiesta de antaño y organizó, con ayuda de su marido y otros padres, un Carnaval para que los niños recorrieran disfrazados las calles del pueblo felicitando a los vecinos. “Decidimos recordar esos tiempos y nos reunimos un grupo de padres con niños para hacer ese recorrido que se hacia antes por las calles de Belesar y, al mismo tiempo, visitar a la gente mayor, que con todo esto no pueden salir a la calle”, señala la organizadora de la fiesta.
Las redes sociales ayudaron a que más de cien personas, 30 de ellas niños de entre 5 y 8 años de centros educativos de Baiona, se reunieran para celebrar el Martes de Carnaval. “En un principio íbamos a recorrer las calles, pero la lluvia trastocó el recorrido e hicimos el Carnaval en el Centro Cultural cedido por la Comunidad de Montes, a quienes les damos las gracias”, apunta Paula.
Como en cualquier fiesta que se precie en Galicia, no podía faltar la comida. Esther Castro es la encargada de preparar las “filloas de entroido”. Lo lleva haciendo 46 años. “Botamos 10 litros de auga nun caldeiro, logo engadímoslle un quilo de fariña, uns 18 ovos, sal e mesturámolo ben. Cando o ferro estea quente, untámolo con aceite e graxa de porco co Izope, un pau que ten atado na punta un trapo”, apunta la veterana cocinera que cuenta con la ayuda de Luisa González a los fogones y un grupo de vecinas.
Además de las “filloas”, los asistentes pudieron disfrutar una buena chocolatada. “Nos donó el chocolate “Chocolates Maragato”, las roscas la panadería “Sabarís”, la música y la iluminación la puso el pub “Desastre” de Baiona, el agua “Agua Sana” de Belesar y también colaboraron con nosotros construcciones Vigape y la página web de rutas “Galicia Walks”, también de Belesar, a quienes les damos las gracias”, finaliza Paula Fernández.