Como cada último domingo de marzo, los españoles adelantaremos los relojes una hora para entrar en el horario de verano. Así, cuando sean las dos de la madrugada, tendremos que avanzar las manecillas del reloj a las tres.

La modificación horaria de primavera se aplica en todos los países de la Unión Europea (UE), con la intención de ajustar la jornada laboral a las horas de luz natural. A partir del domingo amanecerá y anochecerá más tarde.

Normalmente, los cambios de hora afectan directamente en los biorritmos de cada persona. Durante los primeros días, nos solemos sentir cansados, fácilmente irritables e incluso, es posible que suframos falta de concentración o trastornos del hambre. Durante la jornada laboral, estaremos más cansados de lo habitual, más susceptibles y nos costará concentrarnos en nuestras tareas.