La Fundación Casa de la Caridad de Vigo abre sus puertas este fin de semana del 9 y 10 de noviembre para transformar su precioso claustro del siglo XVII en el epicentro de su tercer mercadillo solidario en beneficio del ‘Comedor de la Esperanza’, en activo desde 1985.
Los asistentes podrán visitar esta joya arquitectónica situada en O Berbés (San Francisco, 69) al tiempo que conocen y colaboran mediante sus compras con este proyecto social que atiende los 365 días del año a una media de 130 personas ofreciéndoles un menú, además de servicios como duchas, peluquería, atención social.
En el mercadillo, abierto ambos días de 11:30 a 14:00 y de 17:00 a 20:30 horas, estarán a la venta desde ropa, marroquinería, flores y plantas, arte y decoración, hasta muebles, vajillas y cristalería; todos ellos nuevos o de segunda mano.
Como curiosidad, el claustro forma parte del antiguo monasterio del Siglo XVII, que tiene su origen en una desaparecida ermita del siglo X y que después de la desamortización en 1887 pasó a manos de la Casa de la Caridad.
El Comedor de la Esperanza’, conocido en Vigo como el ‘Comedor del Berbés’ por su emplazamiento, es un recurso de emergencia social con un largo recorrido en la ciudad, fundado en 1985. Ofrece el servicio de comidas de 12:30 a 14:00 horas todos los días mediante un menú completo, sano y equilibrado y supervisado por nutricionistas.
Además, dependiendo de las donaciones recibidas, se hace reparto de alimentos a la salida del servicio para complementar la alimentación diaria.
“La labor del comedor tiene unos protagonistas fundamentales, además del mejor equipo de profesionales que lo respaldan; son los 35 voluntarios que, cada día repartidos en grupos de 8, ayudan a dar el mejor de los servicios”, explica la dirección de la Fundación Casa Caridad Vigo- Hogar San José. “También tenemos que agradecer a nuestros donantes sus aportaciones, desde las donaciones de empresas del sector de la alimentación, hasta las donaciones particulares”, añade la dirección, quien anima a los vigueses a acercarse al mercadillo para conocer el trabajo de la Fundación y, de paso, conocer una joya arquitectónica muy desconocida en la ciudad.