ALFREDO

Más de 700 romeros participaron este sábado en la tradicional Parranda de San Roque, una cita que cada verano reúne a vecinos y visitantes en un animado peregrinaje desde A Ramallosa hasta Morgadáns para rendir culto al Santo.

Este año la comitiva se tiñó de naranja, color elegido para la vestimenta de los feligreses. La jornada comenzó a las 8:30 horas en A Forxa, donde, tras el lanzamiento de los típicos cohetes, la procesión partió pasadas las 9:00 horas rumbo al centro de Gondomar. Cuatro tractores y un camión, decorados con flores, transportaban a niños y mayores junto a las comidas y el vino, mientras la Charanga O.T. ponía la música y las Policías Locales de Nigrán y Gondomar velaban por la seguridad del recorrido.

En el centro de Gondomar, los romeros se encontraron con la Banda de Música de Val Miñor, que acompañó el último tramo del recorrido hasta Morgadáns. A las 12:00 horas se celebrará la Misa solemne en honor a San Roque, seguida de las tradicionales pujas.

La comida campestre de las 14:00 horas servirá para reponer fuerzas y compartir momentos de convivencia. Ya por la tarde, sobre las 19:00 horas, tendrá lugar el intercambio de trofeos con la comisión de fiestas de San Roque de Morgadáns, poniendo el broche a una jornada marcada por la devoción, la música y la alegría popular.

La Parranda de San Roque, que en el 2017 celebró su centenario, continúa así consolidándose como una de las celebraciones más queridas del verano de O Val Miñor, uniendo tradición, fe y fiesta en un ambiente inigualable.

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