ALFREDO

A las doce en punto de la noche comenzó a arder la hoguera de San Xoán. Han tenido que pasar dos años para ver de nuevo las llamas devorar la enorme cacharela instalada por el Concello en el arenal de Panxón. Una celebración pagana cuyo origen está en la llegada del solsticio de verano: el fuego purifica y quema lo viejo y malo.

Más de 30.000 personas disfrutaron en Panxón de la noche más corta del año. El grupo América puso música a una celebración que se prolongó hasta los primeros rayos de sol. Una marea de jóvenes llegados de todos los rincones de la provincia invadió el arenal de Praia América para dar la bienvenida a las vacaciones. Pala en mano, cavaron trincheras para resguardarse de la brisa marina y donde grupos de amigos conversaban al lado de pequeñas cacharelas. Decenas de cráteres decoraban la kilométrica playa recordando por un día el suelo de la Luna. Poco a poco los asistentes fueron abandonando el arenal para que el personal del concello limpiara la playa.

Pero para que todos disfrutaran de una fiesta sin sobresaltos, se ha preparado un dispositivo especial en el que participaron la totalidad de la Policía Local, con algo más de 30 efectivos, a los que se les sumó la Guardia Civil y agentes de Tráfico, Seprona, Policía Autonómica, bomberos del GES con camión motobomba y Protección Civil, sumando entre todos más de 200 efectivos. Entre ellos había agentes no uniformados para poder prevenir con mayor anticipación situaciones delictivas como hurtos o conflictos.